ASI LLEGAN, ASI PUEDEN JUGAR

Cuando en noviembre del año pasado Cambaceres y Villa San Carlos se vieron las caras después de más de 21 años, hicimos un esbozo de lo que imaginábamos podría ser el partido de acuerdo a lo que veníamos viendo que mostraban uno y otro en el torneo. Lo que nunca imaginamos en aquel momento, es que en esta segunda ronda, el partido pudiese tener la trascendencia que tiene el que se jugará este histórico, inédito, e irrepetible 18 de mayo de 2009. En aquel a la postre, vibrante empate en 2 a 2, las realidades con las que llegaban ambos conjuntos eran muy distintas a las que hoy se observan. Si bien ya el Cele mostraba destellos del equipo candidato que avisorábamos aun antes de comenzar el torneo, su fisonomía de equipo distaba todavía bastante de la solidez y el aplomo que hoy esgrime. Cambaceres mientras en cambio, no ha cambiado tanto en sus pronunciadas pendulaciones entre el elogio de la frescura que contagia cuando ataca, y las evidentes grietas que desnuda cuando trata de defender. Puestos en comparación uno y otro equipo en la realidad de esta campaña que lo tiene a uno como casi campeón, y al otro en una lucha final por ingresar al octogonal de los que pelean por el segundo ascenso; no caben dudas de que el favorito (más allá de que el fútbol se haya encargado infinidad de contradecir estos motes) es el equipo de Berisso. Los números no mienten. Los 71 puntos conseguidos por los de Facundo Besada y Malli denuncian una campaña que se entrega a la evidencia de las matemáticas. No hubo ni por asomo un equipo tan regular de los 21 de la Primera C como La Villa. Pero amén de los puntos y los partidos ganados (21 sobre 35), San Carlos transmite en su juego una seguridad, y en su defensa la clave para semejante campaña. Justo las condiciones de las que carece su archirival que quiere aguarle la fiesta, Defensores de Cambaceres. Ahora bien, hasta allí la teoría. Pero, si el fútbol es imprevisibilidad, y si en ella radica la esperanza de los hinchas del Rojo para que el partido se de a su favor; ¿Cómo puede Cambaceres contrarestar una superioridad que se da en los papeles, en la cancha? En primer lugar olvidándose de la famosa frase que como tantas repetidas en el fútbol solo son frases echas sin contenidos: "los clásicos son partidos aparte". ¿Lo son realmente? Si hicieramos una estadística de la cantidad de clásicos en general, más allá de este en particular, los números desmentirían la trillada idea. En realidad, la mayoría los gana el que llega mejor. Lo que no quiere decir que el que llega peor no pueda hacerlo. En todo caso, lo que habría que cambiar es la frase: "los clásicos son partidos aparte" por una mucho más sustancial: "el fútbol es un deporte aparte". Y en esa dinámica de lo impensado es donde justamente Cambaceres puede basar su estrategia. Como en la primera ronda, si el equipo de Ensenada logra plantear un partido más físico y más veloz, podrá tener más chances. Sobre todo de aprovechar las velocidades de sus delanteros Jaime y Yañiz, de los más rápidos que hay en la divisional. Y la habilidad de Miguel López, un exótico en la categoría por técnica y manejo. Si en cambio el partido se centra en el juego táctico y el ritmo que favorece a los que tienen más panorama, San Carlos volverá a hacer lo que hizo con todos sus rivales en la cancha de Gimnasia. Hacerlos correr detrás de la pelota cuando la tienen los Sommariva, los Martini o los Madrid. O esperar con la increible solidez defensiva que muestran los leones que tiene en el fondo, para salir rápido de contragolpe. En cualquiera de las dos versiones, este equipo maneja los encuentros. Finalmente los que deciden son los de arriba. Y en eso La Villa deberá mentalizar al pájaro Miranda y a Salinas de hacer un trabajo similar al de Yañiz y Jaime. Si juegan un primer tiempo como el de San Miguel, pueden estar en problemas, si se concientizan como en el segundo, pueden ser mortíferos. Un trabajo similar, pero en el fondo del equipo deberá hacer Lalo Borgarelli con los chicos de su defensa, agravados en su responsabilidad de que se quedaron sin referentes como Gesualdo (que dejó el fútbol) y el Kily González (lesionado contra Fénix). Porque una actuación parecida a la de los segundos tiempos contra Argentino de Merlo o el mismo Fénix no podrá repetirse. El Cele y el Rojo se presentan en un partido exitante, vibrante. El corazón ya está metido en él, desde el sentimiento y las ganar de triunfar. Ahora entra en juego el cerebro de cada uno de los protagonistas. Y en ellos y su funcionamiento se verá el valor del otro cerebro, del de los grupos.Porque Besada en San Carlos y Borgarelli en Cambaceres también juegan el encuentro. En lo táctico, en lo estratégico, pero fundamentalmente, en la moral y la inteligencia de sus dirigidos.
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