UN PARTIDO PARA DISFRUTAR

Tantas veces se habla de las presiones en el fútbol. Tantas veces se escuchan frases como: "nos jugamos las vida" Que a veces de tanto repetirlas se transformas en reales en la mente de los jugadores. San Carlos va a jugar este domingo ante San Miguel, seguramente uno de los partidos más importantes de su historia.Pero hay dos maneras de tomarlo: sufrirlo desde la tensión de saber lo que hay en juego. O disfrutarla desde la alegría que permite ser protagonistas de algo tan lindo. Este equipo ha sabido optar por lo último: por eso el lema debe ser: "un partido para disfrutar" El horizonte de Villa San Carlos se presenta claro y luminoso. El campeonato soñado está más cerca. No hay dudas sobre el equipo, que será el mismo que viene ganado sin parar. Y todos están mentalizados para seguir igual, que fue la manera en la que se llegó tan alto. Se viene el fin de semana en el que matemáticamente con una combinación de resultados, puede lograr el ascenso. Y las ansiedades, de manera lógica y comprensible entran en escena. ¿Cómo manejarlas? ¿Como administrar la energía para que esta se ponga en funcionamiento cuando debe hacerse y no antes? Sin querer involucrarnos en los terrenos que maneja la psicológía, sabemos que existen varias maneras de afrontar los compromisos. Una es desde la tensión que genera la conciencia de las responsabilidades. La otra es desde la administración de esa tensión a través de la razón, del cerebro. La primera, pone únicamente el énfasis en lo emocional, a veces estimulante, pero otras veces contracturante. La segunda trasciende lo emocional, sencillamente porque lo domina a través de la razón. Para que dicha trascendencia exista, hay un ejercicio muy práctico y aplicable. Imaginemos por un rato que ya pasaron 20 años de este momento, que el equipo ya alcanzó la gloria soñada y que los jugadores ahora son veteranos ex jugadores que recuerdan ese momento. ¿Cual sería el consejo que se darían a si mismos? "Disfruten muchachos, disfruten" A veces la locura del presente sin pausa, no nos permite trascender desde el razonamiento y ubicar los hechos con objetividad. Entonces lo que hay en juego no es la felicidad que nos brinda el fútbol sino la vida (por aquellos que insisten en decir "nos jugamos la vida"). Entonces el fútbol se transforma en una locura que pendula entre la vida y la muerte. Que pierde su sentido lúdico, y placentero. San Carlos vive horas hermosas. Que como todas las horas hermosas y como la vida misma ofrece resistencia y obstáculos con los cuales inevitablemente hay que aprender a convivir. Hay dos formas de afrontarlas. Pero una sola tiene la inteligencia de los que trascienden. Y es la de saber disfrutar la cosecha de lo que sembraron...Que bien merecido lo tienen.