LO PERDIÓ EN LAS ÁREAS

Los matices de una nueva derrota pueden ser un aliciente para este momento critico de Villa San Carlos. En comparación a la imagen y la producción futbolística del penoso partido con Armenio, esta presentación que fue derrota 1 a 0 ante Almagro, fue evidentemente mejor, aunque una vez más, volvió a fallar en las áreas. Tal vez el empate hubiese sido justo, pero San Carlos sigue teniendo mala definición. Ahora comenzará un nuevo ciclo: el de Carlos “el loco” Enrique.
De área a área, La Villa fue superior a Almagro. Tuvo más la pelota, la administró con prolijidad y fue más vistoso que el equipo tricolor. Pero en la zona caliente, ahí donde se definen los partidos, el local fue más astuto y tuvo velocidad y lucidez para crear más situaciones de gol y más claras. Eso transformó una vez más a Víctor Volpe en figura de un equipo que esta vez apostó más al control de la pelota y el ataque.

La formación así lo confirmaba. Con Valenti desde el arranque como compañero de Pasquale, y Emiliano Peluso como conductor de un equipo que necesita de esa función. Pensábamos que tal vez sería mejor Oroná como único volante central, y Ortiz ante la ausencia de Madrid por izquierda, pero se hizo al revés. Igualmente, la sociedad Oroná-Peluso funcionó correctamente en el primer tiempo.

De todas formas, y más allá de la elogiada intención de jugar con la pelota al ras del piso, evitando el pelotazo; algunas cosas le faltaron al equipo. En principio, más participación de Avalo Piedrabuena, haciendo lo que Gonzalo Raverta suele hacer con inteligencia, el aprovechamiento de la profundidad de su carril, para ser descarga larga de los volantes.  Y luego, lo más importante, las desinteligencias de Valenti y Pasquale que nunca ofrecieron ni los caminos y los espacios para dichas descargas.

Otro punto flaco fue la defensa, por lo menos en comparación a lo que nos tiene acostumbrados. Con dos centrales zurdos, les costó acoplarse en los movimientos, para no quedar con los atacantes de Almagro de frente a la jugada, como solió pasar en más de una ocasión. Pero aquí también un párrafo a favor de Almagro, y de un número 10 tan talentoso como cerebral: “el gordo” Figueroa, que marcó los ritmos de su equipo y del partido, cada vez que se lo propuso.

El partido tuvo una constante: San Carlos más amigo de la pelota, y Almagro más punzante. Y sin embargo se definió por algo que no tuvo que ver con ninguna de las dos cuestiones. Fue a la salida de un córner, a los 34 minutos del primer tiempo, alguien perdió la marca de Germán Lanaro y el gol en contra que una vez más, sería irreversible para La Villa.

En este breve interinato de Malli-Gorostieta, Carlos Enrique, que observó el partido de la platea, sacó algunas conclusiones innegables. Jugando mal, o bien, (como esta tarde ante Almagro donde fue una de las figuras), Mauro el pollo Raverta sigue siendo un líder cuando los ánimos empiezan a bajonearse por los resultados. La defensa, cuando vuelva a estar armada, no será un problema. Y en el medio hay material para no se menos que nadie. El gran problema está arriba, donde se extraña horrores a Campozano y Miranda. Pero todos los caminos indican que, de una vez por todas, llegó la hora de darle confianza a Emanuel Sarati.

Veremos que surge de esto que por ahora es una gran incógnita: Carlos Enrique como entrenador de Villa San Carlos. Esta semana se escribirá el primer capítulo, que como siempre, deberá tener correlato en el encuentro ante Brown. San Carlos ya usó bastante los márgenes de error permitidos. Es hora de que lleguen los aciertos.

                                                                                                                     Martín Ortiz
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