COLE ES SU KARMA

Inesperado arranque de la Villa, goleado por un equipo reforzado en buena forma de cara al 2010 y que está llamado a ser protagonista si muestra el aplomo que ofreció en Caseros. El partido fue tan inesperado como su inicio, demorado una hora por un chaparrón que estuvo a punto de suspender el pleito, tal las intenciones de la gente de Estudiantes.
Pero la insistencia de los dirigentes de los dos clubes que jugaban pudo más y con una hora de retraso se iniciaron las acciones.El campo estuvo un tanto pesado y a esas condiciones la rapidez de los de Ferraresi se adaptó mejor, y tuvo a la contundencia su mejor aliado: en sus dos primeras llegadas Leguizamón Arce y Rodríguez aprovecharon las buenas asistencias de Balanda y Torres que dejaron extrañamente sin respuesta al fondo Celeste. Sobre el final el Pájaro pudo descontar, pero la etapa inicial se fue con dos tiros al arco de la “visita”, y los dos terminaron dentro del arco villero.El anticipo de Aguincer tras un corner de Madrid le devolvió la esperanza a la Villa, que en un terreno complicado gastó mucha energía en la búsqueda del empate, pero la expulsión de Madrid por un codazo a Torres terminó con las chances del Cele. Pero Barraza estabha llamado a ser protagonista central, primero le anuló un gol a Miranda en un dudoso off side y luego inventó un penal del vasco Ochandorena sobre Rodríguez que Díaz cambió por gol. Volpe se estiró hacia la derecha, pero no pudo con el esquinado tiro hacia el mismo palo. La diferencia en la potencia ofensiva, la protagonista central de la tarde con Borrego como actor esencial, terminó por quedar clara con el cuarto, obra de Rodríguez tras combinar con Fergonzi. Cole le aguó otro estreno, esta vez el del año a la Villa, que tuvo un rato interesante en la etapa inicial, que puso voluntad, pero chocó con un rival con jugadores desequilibrantes y un arbitraje que en los momentos claves lo perjudicó notoriamente.No fue un buen inicio, pero el miércoles en Casanovas, nada menos que contra Almirante, San Carlos va por su revancha.
Por Ezequiel Del Bueno