LA VILLA ENCONTRÓ LA LUZ

Si había un partido en el cual había que recuperarse era este. Frente a Central Córdoba y después de tantas desgracias, Villa San Carlos volvió a ser feliz ganándole 2 a 0 a través de Miranda tras un blooper de Lacerre y un golazo de Campozano. Con Nacho Oroná de defensor central, y Ledesma como reemplazante de Kondratdiuk, el celeste se alzó con una victoria que cayó como agua bendita. El alivio llegó gracias a una buena actuación en conjunto, pero fundamentalmente por las ganas de revertir la situación de todos. "Los jugadores pusieron el alma" dijo Besada. Y festejaron por primera vez en el año.
Era un partido que había que ganar si o si. Primero por que se enfrentaba a un rival directo en la lucha por no descender y segundo para cortar la racha negativa de cuatro derrotas consecutivas, levantar el ánimo y recuperar la confianza del plantel.
Un verdadero rompecabezas tuvieron que armar los técnicos para afrontar este compromiso, dada la gran cantidad de lesionados. La primera sorpresa en la alineación fue ver a Nacho Oroná (una de las figuras de la cancha) como segundo marcador central. En su nueva posición, estuvo sólido, impasable y con criterio para no revolearla y salir jugando con su habitual cuota de entrega y buen manejo. La última línea la completaron Gonzalo Raverta, Fede Slezack y Lucas Ochandorena. En el medio campo jugaron Rotondo por derecha, Sommariva como volante central, Berdún por izquierda y Miranda suelto como enganche y en la delantera Ledesma y Campozano.
Central Córdoba salió a jugar con línea de tres, cuatro volantes, un enganche y dos de punta. A priori parecía que la propuesta iba a ser ofensiva, pero finalmente no fue de esta manera y salió a ver que hacía el equipo de Berisso.
San Carlos fue el que mas propuso, el que tuvo la iniciativa y el que salió a ganar el partido. La visita intentaba lastimar por medio de alguna contra pero carecía de profundidad. En los primeros minutos no se vieron llegadas claras, pero si varios remates de larga distancia del local que podrían haber abierto el marcador. Recien promediando la etapa el Charrúa inquietó el arco de Volpe con un remate que rozó el palo derecho y con una definición por arriba del 1 que Oroná salvó de cabeza en la línea. A partir de ahí el trámite se equilibró y el juego disminuyó en intensidad, tal vez por la altísima temperatura que había en el campo de juego.
Sobre los cuarenta y tres Rotondo al igual que la fecha anterior reventó el palo desde fuera del área y dos minutos mas tarde, una jugada rara, poco común decretaría la apertura del marcador. Slezack en su propio campo busca a Miranda con un alto y largo pelotazo. La pelota era de Lacerre, pero el sol le juega una mala pasada, el balón le pica antes y le pasa por arriba, era gol del defensor, pero Miranda la remató antes de traspasar la línea de meta.Final del primer tiempo y San Carlos se retira al vestuario ganando justamente por la mínima diferencia.
En el segundo tiempo, Central Córdoba salió mas decidido, obligado a buscar el empate, dejando claros en el sector defensivo, que no pudieron ser capitalizados por los jugadores Villeros. Ahí se vió lo mejor de Campozano, ganando de arriba, aguantando la pelota y jugándola con criterio para el compañero mejor ubicado. Solo faltaba convertir, ya que había que liquidar el partido porque el gol de diferencia no daba ninguna tranquilidad. En el último cuarto de hora, a base de empuje los rosarinos acorralaron a San Carlos y Volpe se mostró seguro, además de tapar un mano a mano que era el empate.
En el último minuto, llegaría el desahogo y el premio para la otra figura de la tarde; Cristian Campozano. El delantero que para la pelota en el área, aguanta la marca, gira, elude a Lacerre y cuando se quedaba sin ángulo y ante el cierre de un defensor define de derecha. Golazo y broche de oro para cerrar un partido difícil y en el que se necesitaban imperiosamente los tres puntos.
Daniel Alvarez.