Y vaya si está caído...Cuesta recordar un comienzo de año tan negro como este de Villa San Carlos. Cuatro jugados, cuetro perdidos. Lo que hace un mes eran elogios y felicidad, hoy es un infierno de derrotas y desgracias. Un sinfín de caidas y lesiones inéditas. Que se llevó también por delante todas las buenas intenciones y el correcto partido contra Temperley, por más que el 1-3 lo desmienta. Había conseguido empatarlo con el gol de Sarati (que por supuesto luego se lesionó); y faltando dos minutos Fede Slezack corrigió una pelota que se iba afuera y le dió el triunfo al gasolero. El tercero fue la yapa de cada partido en este año. De este increíble comienzo de año.
Diez jugadores están lesionados; si diez. Y de los importantes. Repasemos. Emi Córdoba, (que dicho sea de paso insolitamente está esperando que lo operen). Quien lo reemplazó, el pelado Aguimcer, también se lesionó. Quien lo reemplazó, a su vez, Kondratdiuk, fue expulsado. También se desgarró el pollo Raverta. Y Leandro Madrid. El que podía reemplazarlo, Lea Martini, no puede porque se lesionó. Y Avalo Piedrabuena? Si, adivinó, está lesionado. Pero la lista no termina. Le siguen, el Coco San Esteban, que hoy le vendría bárbaro, Sarati, que jugó asi porque no quedaba otra, Cecatto y Spina. La primer conclusión es simple; hay una mala suerte terrible. La segunda es más dificil. Saber alguna de las causas. Una primera versión acusa a haber entrenado demasiado tiempo en la cancha de La Villa, con una dureza en el campo de juego que hizo estagos. Vaya uno a saber...
Ahora bien, aislando esta realidad, hubo un partido contra Temperley, en una noche de perros. Y San Carlos lo perdió 3 a 1. Pero el resultado indica como fue el juego. Para quien esto escribe no. En primero lugar porque tuvo 7 situaciones de gol claras contra 6 de Temperley. Si a eso le sumamos que uno de los goles del gasolero fue en contra, y el otro en el último minuto de penal, se entiende más. Por más que los reduccionistas expliquen todo desde los resultados, como si el fútbol fuese una ciencia exacta.
No mereció perder porque además llegó al empate cuando tenía un jugador menos por la expulsión de Kondrtdiuk, y porque tras el gol de Sarati, Temperley fue impotencia y pelotazos frontales, ante la defensa improvisada de La Villa con Ochandorena primero de "3", y luego de central, y con Berdún de "3"; más Gonzalo Raverta bajando a su vieja posición de "4" en la temporada de la salvación del descenso. Para darle aun más fuerza a la versión, además hay que recurrir a los goles errados por Campozano en el segundo tiempo. Dos de ellos con tiempo y distancia para elegir cabezazos solitarios en el área. El último cuando ya estaban 1-2 y Cirvelli inéditamente le regaló la pelota para que solito se lo perdiera. De todas formas a gavor de Camposano hay que decir que lo que corrió y se "mató" por el equipo lo exime de críticas.
Pese a todo esta vez el equipo lució más concentrado y compacto que en las anteriores caidas. Y eso que debió armar el equipo con los retazos de lo que supo ser un conjunto de jugadores repetidos casi de memoria. En el más alto nivel estuvo Nacho Oroná, con su muy buen manejo de pelota y una entrega bárbara. Otro que se las rebuscó muy bien jugando de marcador izquierdo fue el vasco Ochandorena. Y arriba el pájaro Miranda descompensó por habilidad varias veces a la defensa gasolera, que casi nunca hizo pie. Los demás bastante parejos, si hasta Rotondo cumplió teniendo que jugar de carrilero por derecha.Tal vez al que más se esté extrañando es al nivel de Sommariva, que no puede ser hasta ahora el que fue.
En definitiva, un resultado tan exagerado como doloroso. Y una realidad tan preocupante como inimaginable. Hace menos de 30 días, cuando todo era tan dulce. Llega nada menos que Central Córdoba, rival directo en los promedios, y habrá que enfrentarlo a puro remiendos. Remiendos de jugadores, y del corazón que anda herido.
Hace 5 horas
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