En un partido complicado y muy duro por el rival y la cancha, Villa San Carlos se trajo un punto a Berisso que le sirve mucho. Después de un primer tiempo anodino y casi sin emociones, fue sorprendido por Flandria que a través de Montenegro se puso arriba. Pero la reacción fue inmediata, a través del “nuevo goleador” Fede Slezak que estableció el empate definitivo. De allí en más se vio lo mejor del Cele, con Sarati que estuvo muy cerca de darle el triunfo. Finalmente fue empate 1 a 1, y se sumó puntos por quinta vez consecutiva.
La valoración de la igualdad tiene que ver con varios puntos. En primer lugar porque para el objetivo de San Carlos, sumar siempre es positivo. Luego porque enfrente estaba un rival directo y se jugaba en su casa, en el legendario Carlos V, por el que pasaron más figuras de lo que muchos creen.
Finalmente porque otra vez se consiguió después de ir en desventaja, algo que por repetido, se transforma en virtud y no en casualidad. No hace mucho tiempo, cada vez que se arrancaba perdiendo, se perdía. Hoy no solo no sucede, sino que el ánimo está tan sólido, que le permite reaccionar sin desesperación y con carácter firme.
No hubo mucho para destacar en la primera parte. El juego se desarrolló en el medio campo y a los dos equipos le costó hacer pie en una cancha que estaba bastante rápida. Todo fue muy impreciso y prácticamente no hubo llegadas de peligro frente a los arcos. Lo mejor se vio en el segundo tiempo. Flandria salió decidido a llevarse por delante a la visita, y lo logró en los primeros diez minutos.
La valoración de la igualdad tiene que ver con varios puntos. En primer lugar porque para el objetivo de San Carlos, sumar siempre es positivo. Luego porque enfrente estaba un rival directo y se jugaba en su casa, en el legendario Carlos V, por el que pasaron más figuras de lo que muchos creen.
Finalmente porque otra vez se consiguió después de ir en desventaja, algo que por repetido, se transforma en virtud y no en casualidad. No hace mucho tiempo, cada vez que se arrancaba perdiendo, se perdía. Hoy no solo no sucede, sino que el ánimo está tan sólido, que le permite reaccionar sin desesperación y con carácter firme.
No hubo mucho para destacar en la primera parte. El juego se desarrolló en el medio campo y a los dos equipos le costó hacer pie en una cancha que estaba bastante rápida. Todo fue muy impreciso y prácticamente no hubo llegadas de peligro frente a los arcos. Lo mejor se vio en el segundo tiempo. Flandria salió decidido a llevarse por delante a la visita, y lo logró en los primeros diez minutos.
El Cele se vió desbordado y no conseguía tener la pelota. El gol maduraba y no se hizo esperar demasiado. Sobre los 8´centro desde la izquierda del ingresado Vicente, encontró la cabeza del Montenegro, que la mando al fondo del arco sobre el palo izquierdo.
Contrariamente a lo que se suponía, el gol en contra despertó al Cele y lo hizo salir del fondo. A partir de ahí se vio lo mejor de Villa San Carlos. Tocado por su amor propio fue para adelante y con buen futbol comenzó a inquietar al canario. Al rato nomás Fernández le tapa el gol a Gonzalo Raverta. De ese córner vendría el empate villero. Centro de la derecha y Fede Slezack que le da de derecha, cruzado al segundo palo.
Flandria sintió el impacto, se quedó muy atrás y ahora el que tomaba el control del juego sería Villa San Carlos. Hasta mediados del segundo tiempo creó no menos de cinco jugadas clarísimas para desnivelar, pero no pudo concretar ninguna. Lo tuvo el Pájaro de zurda y Sarati en dos oportunidades, la primera de cabeza y la segunda aguantando la marca y sacando un terrible derechazo de fuera del área que da en el palo izquierdo cuando Fernández estaba vencido. Tambien un gol no cobrado a Aguimcer, presuntamente por posición adelantada imposible de cerciorar.
En los últimos 15 minutos el juego se emparejó y el que generó la situaciones de gol fue el local. La más clara fue un cabezazo Aragón sobre el cierre del partido que luego de picar sale rozando el ángulo izquierdo del Lavallén.Hubiera sido injusto volverse con las manos vacías, sobre todo por lo hecho en el segundo tiempo, donde puso en serios aprietos al canario.
En el balance final el reparto de puntos estuvo bien. Sirve para sumar y estirar la racha a 5 partidos sin derrotas. Además de lo colectivo hubo algunas cuestiones individuales destacables. La buena actuación de Ezequiel Aguimcer, reemplazando de forma impecable a Emiliano Córdoba. Sacó todo por arriba y por abajo y parece complementarse bien con Slezack.
Y la prodigalidad de Oroná por su incansable andar, multiplicándose en toda la cancha en los minutos finales cuando el cansancio se hacía notar. Por los demás, el hincha puede descansar tranquilo, recuperó al equipo confiable, y de individualidades parejas y solidarias. Que suma puntos y engrosa la famosa de promedios. Pero sobre todo suma en la tabla de la confianza. Por más que esa no figure en ningún lado.
Agradecemos la colaboración de Daniel Alvarez
Contrariamente a lo que se suponía, el gol en contra despertó al Cele y lo hizo salir del fondo. A partir de ahí se vio lo mejor de Villa San Carlos. Tocado por su amor propio fue para adelante y con buen futbol comenzó a inquietar al canario. Al rato nomás Fernández le tapa el gol a Gonzalo Raverta. De ese córner vendría el empate villero. Centro de la derecha y Fede Slezack que le da de derecha, cruzado al segundo palo.
Flandria sintió el impacto, se quedó muy atrás y ahora el que tomaba el control del juego sería Villa San Carlos. Hasta mediados del segundo tiempo creó no menos de cinco jugadas clarísimas para desnivelar, pero no pudo concretar ninguna. Lo tuvo el Pájaro de zurda y Sarati en dos oportunidades, la primera de cabeza y la segunda aguantando la marca y sacando un terrible derechazo de fuera del área que da en el palo izquierdo cuando Fernández estaba vencido. Tambien un gol no cobrado a Aguimcer, presuntamente por posición adelantada imposible de cerciorar.
En los últimos 15 minutos el juego se emparejó y el que generó la situaciones de gol fue el local. La más clara fue un cabezazo Aragón sobre el cierre del partido que luego de picar sale rozando el ángulo izquierdo del Lavallén.Hubiera sido injusto volverse con las manos vacías, sobre todo por lo hecho en el segundo tiempo, donde puso en serios aprietos al canario.
En el balance final el reparto de puntos estuvo bien. Sirve para sumar y estirar la racha a 5 partidos sin derrotas. Además de lo colectivo hubo algunas cuestiones individuales destacables. La buena actuación de Ezequiel Aguimcer, reemplazando de forma impecable a Emiliano Córdoba. Sacó todo por arriba y por abajo y parece complementarse bien con Slezack.
Y la prodigalidad de Oroná por su incansable andar, multiplicándose en toda la cancha en los minutos finales cuando el cansancio se hacía notar. Por los demás, el hincha puede descansar tranquilo, recuperó al equipo confiable, y de individualidades parejas y solidarias. Que suma puntos y engrosa la famosa de promedios. Pero sobre todo suma en la tabla de la confianza. Por más que esa no figure en ningún lado.
Agradecemos la colaboración de Daniel Alvarez
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