RODRIGO NOS EMOCIONÓ A TODOS

Si hay algo que nos da felicidad a quienes hacemos Las Voces del Ascenso es el crecimiento de los clubes o de los "hijos prodigios"de ellos. El caso de Rodrigo Salinas, dando un salto descomunal desde el campeonato logrado en la Primera C, hasta llegar a Primera División es uno de los hechos más fuertes que nos han tocado cubrir. Con su llegada a Godoy Cruz de Mendoza el crecimiento fue incesante. Primero se integró al plantel profesional, luego comenzó a jugar de titular en la reserva, y sus buenas actuaciones lo llevaron a ser convocado para el banco de Primera. Y el miércoles pasado, cuando Godoy Cruz recibió a Newells, faltando diez minutos, el técnico Diego Coca dispuso el momento tan esperado. El debut de Rodrigo en Primera. Para su inmensa felicidad. Y de todos los que lo queremos. Vimos crecer a Rodrigo Salinas. Desde su debut en Villa San Carlos después de aquel viaje a Italia en el que era demasiado joven. Hasta verlo atravesar por situaciones de vida tan difíciles, que a los golpes lo transformaron en este hombre. Lo vimos evolucionar como jugador de fútbol. De aquel longuilíneo y delgado volante que con algo de fiaca desplegaba más técnica que movilidad en el mediocampo. A este delantero de área de físico fibroso y andar generoso. Lo vimos evolucionar como persona, que es lo que sembró en San Carlos, y hoy cosecha a manera de afecto, cuando las felicitaciones llueven por doquier.
Lo vimos irse y volver varias veces. Siempre con la ambición del crecimiento como obseción. Y siempre con las convicciones a cuestas. Le tocó pelearse con el "loco" de Nicosia, cuando "el gordo" desembarcó con su torbellino de ansiedades a un club en ruinas. Escuchó pacientemente las palabras arteras de otro entrenador: "no tiene ritmo ni para jugar en la C, y ahora está tomando mate en la casa" le dijeron. Y él esperó el momento para responder en la cancha, donde, las mentiras se esfuman. Y vaya si respondió. Transformando a San Carlos, su San Carlos, en el campeón más indiscutible.
Hizo un gol inolvidable, el más importante en la historia del club y lloró por los que no lo pudieron gritar en la tierra. Y se fue. Después de esperar con ansiedad por un futuro que estaba lleno de esperanza, pero que había que atravesar con la incertidumbre de lo incierto. "Rodrigo Salinas es nuevo jugador de Godoy Cruz de Mendoza", por fin llegó la noticia. Y en su familia y en Berisso, que es casi lo mismo, respiraron felices.
"Va a ingresar Rodirgo Salinas, proveniente del Club Villa San Carlos que ascendió a la B hace pocos meses" dijo el relator del partido, sin llegar a saber demasiado lo que eso significa. Y un halo mágico se apoderó de los que lo queremos y sabemos de su lucha. Que es en definita la misma que la del resto de los muchachos. "Ingresó Rodrigo Salinas", comentó solemnemente un vestuarista. Y nos quedamos mudos frente al televisor. Sabiendo, como se saben las cosas de verdad, que anónimamente, eramos cómplices de un momento irrepetiblemente maravilloso.