El Cele pisó fuerte otra vez en la casa da un grande como Los Andes. Con muchísimas bajas, con un equipo remendado, y la ansiedad del local porque no se le escape la última chance de pelear el campeonato, La Villa consiguió un empate muy valioso. Estuvo a minutos de ganarlo, pero la salida de Camposano y el evidente retraso al que lo obligó el milrayitas, terminó con el gol del empate, que de todas maneras sirve sustancialmente.
San Carlos mostró sus credenciales de equipo difícil de recibir en la categoría. Esta vez le tocó comprobarlo a Los Andes. Como antes le había tocado a Morón, Atlanta, Chicago o los mismos Temperley o Almirante, pese a sendas derrotas. En el primer timempo, tuvo el aplomo y la aplicación para trabajar el partido que muchas veces les falta a equipos “pesados” por historia y desesperados, por presente. Así jugó Los Andes, y así le facilitó a La Villa la tarea de “hormiguear” un encuentro que le quedó a su merced.
Con las bajas masivas que debió afrontar la dupla Malli-Besada, San Carlos salió a la cancha con un novedoso esquema. En el medio solamente Santiago Sommariva para combatir a todos; Berdún por izquierda, Avalo por derecha, desdoblándose para colaborar con el único 5, y Leandro Madrid jugando suelto, delante de todos ellos, pero con la obligación de colaborar en la marca. Era una apuesta de riesgo, pero muchas opciones más no quedaban. Ya que Sarati, no está al 100 % físicamente, de lo contrario sería titular indiscutido.
Y la apuesta salió muy bien. Sobre todo por una sencilla pero eficaz razón. Miranda y Camposano, sabedores de la dependencia del equipo hacia ellos, se pusieron el traje de rebuscadores, y fabricaron espacios y jugadas donde no las había a base de ingenio y habilidad. En esa dupla estuvo latente la preocupación de un Los Andes, que a puro pelotazos, facilitó el ritmo del partido para los planes del villero.
El gol del Celeste había tenido un anticipo. El mismo Camposano conectando un cabezazo que besó el travesaño. Minutos después iba a llegar el gol que congeló a Lomas de Zamora. Un córner de Avalo Piedrabuena (cuantos goles le debe el equipo a sus excelentes ejecuciones de pelotas paradas), Oroná que distrae a todos, y Cristian Camposano, ese goleador que justifica cada vez más su llegada al club, que de bolea la manda a la red. Otro gol para el recuerdo. En la casa de Los Andes.
Lo que vendría será similar a lo de Almagro. Primero, en el arranque mismo del complemento, la pérdida des segundo gol que hubiese sido definitivo. Luego, un notable quedo que agrandó a Los Andes hasta el empate. La primera de las dos secuencias tuvo dos responsables positivos, y uno negativo. Julián Bidondo, que jugó su mejor partido de los pocos en los que participó, robó en contra anticipo una pelota muy buena y le puso un pase espectacular a Miranda, el pájaro, con mucha sabiduría y panorama, le puso la pelota en el punto de penal a Berdún, y este, concluyó negativamente la jugada. Con un remate previsible, y al cuerpo del arquero se perdió el gol del triunfo.
Fue la última imagen con posibilidades ofensivas de San Carlos hasta el final. La salida de Camposano, se iba a pagar muy cara. No por el ingreso de Bidondo, que repetimos, jugó muy bien, sino por la carencia de un delantero de su característica. Como gran duda nos quedó que podría haber pasado si Sarati, aún en inferioridad de condiciones, hubiese ingresado antes, y no después del empate de Los Andes.
A propósito de ello. Otra vez vino de un lateral (hubo infracción al pollo Raverta previamente?). Como ante Comunicaciones, dos cabezazos de un lateral, y un gol que pareció evitable, sobre todo por la previsibilidad de ese tipo de acciones.
Solo iba a quedar tiempo para resistir. Con la tranquilidad de Volpe en el arco, y la sobriedad de Nacho Oroná en el fondo. Después de todo La Villa estaba rescatando un punto con un equipo lleno de heridas, y quitándole la última chance a Los Andes de pelear arriba. Todo esto con un equipo remendado. Que no perdió la categoría, y que ahora ya la tiene garantizada. Para la temporada que viene.
Hace 31 minutos
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