VOLVIÓ EL ROJO DE LOS FINALES TREPIDANTES

Empató 2 a 2 en una de las canchas más difíciles de la divisional y cuando la derrota estaba casi consumada. Después de irse al descanso con la alegría de la ventaja por el golazo de Adrían Jones. Lamadrid a pura fuerza y fútbol se lo dio vuelta como para dejarlo nock-out. Pero ya se sabe, a Cambaceres le dejan una gota de vida y la transforma en resurrección. Así fue como Diego DellOrto, con un cabezazo formidable, le devolvió la alegría al Rojo, y revivió al equipo de los finales trepidantes. En la semana, y después del cachetazo de los de Escalada, Eduardo Borgarelli había dicho que iban a trabajar el partido en Devoto, porque lo importante era sumar. Cuanto realismo había en aquellas palabras. Porque si hay algo que debe hacerse en la cancha de Lamadrid, por pequeña y maltrecha, es trabajar y luchar los partidos. Que normalmente en la divisional se juegan por arriba, y aquí más que la excepción, es la pronunciación de esas características.

Entonces, con el mediocampo lleno de volantes combativos en ambos conjuntos, y con los delanteros con pocos espacios y tiempos para la maniobra, el encuentro fue así, una acumulación de jugadas firccionadas y pelotas divididas en mil gajos. Pero con Lamadrid, por conocimiento del terreno, y oficio de la divisional, casi siempre un paso adelantado en las acciones.
Con la primera etapa casi sin situaciones de gol, la conquista podía llegar para cualquiera de los dos. Pero llegó para Cambaceres, porque es un equipo que por altura, se arriba podrá convertir mucho. Y esta vez le tocó a Adrián Jones, dueño sobre el final de la etapa de un salto limpio y un cabezazo mejor, tras el centro de cachete Casanova. Antes, el debutante Rodríguez (desde el arranque) tuvo un mano a mano en el que no pudo con Pejranic.
La victoria parcial estab bien, aunque había que justificarla en el desarrollo del segundo tiempo. Y al contrario, el que salió mejor a jugarlo fue General Lamadrid, que empezó a mejorar su rendimiento a partir del trabajo de Lezcano, y a hacer méritos para llegar al empate. Tras algunos intentos, a los 12 llegó la igualdad, a través de Adrián Gerry. Y como Camba no reaccionó, salvo por una patriada de Casanova, que fue el más despierto de los volantes, el local volvió a marcar.
Fue a los 36 minutos, cuando, previo a un remate que reventó el travesaño de Zurlo, el defensor Galfrascoli, sólo y sin marca, desnivelaba en favor del Carcelero. Demasiado castigo para Defensores? Puede ser. Pero también premio a la instistencia de un equipo como Lama que fue ambicioso en todo momento y demostrño porque venía de ganar 9 fechas seguidas en esa cancha.
Por eso también el empate del final es doble halago. Y por eso se festejó casi como un triunfo cuando Diego Dell Orto, otro de los especialistas que tiene este plantel en el juego aéreo, que había entrado por la lesión de Leonardo Kees, metió un cabezado revitalizante e hizo explotar a Ensenada a la distancia. Gol del Rojo, otra vez sobre el final. Gol del Rojo, otra vez para pisar fuerte de visitante, condición en la que viene invito, y ante rivales con mucha historia en la divisional.
Cuando el alivio llega al final, tiene un sabor especial. Y ese sabor, Cambaceres lo conoce como nadie. Por eso, y porque con esta unidad ya llega a los 8 puntos, la sensación era de mucho más que conformidad. Está ahí al acecho de los de arriba, dispuesto a dar el zarpazo cuando pueda. Deberá mejorar, como se repitió mucho, el volumen de juego y tener mayor desequilibiro de sus delanteros, que salvo el gol de Jaime en Luján, hasta ahora no han convertido. Pero mientraslo mejora, va sumando. Y en la divisional que más sabe de matemáticas, hasta ahora, los números van cerrando.
Foto: Gentileza de http://www.revistatribunaroja.blogspot.com/
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