La tabla de posiciones empezaba a desesperar, y las derrotas (4 en 8 partidos) también. Pero a pesar de todo había una idea madre que protegía a Zuccarelli y los jugadores: este equipo venía funcionando bien, solo faltaba demostrarlo en algunos resultados. Y esta victoria ante Alem, porque no, puede ser el principio. Una victoria tan necesaria como justa. Con una superioridad abrumadora a favor de Cambaceres de principio a fin, aunque el resultado no lo haya plasmado.
La sorpresa en la semana fue el nuevo dispositivo táctico dispuesto por Zuccarelli. Cuando parecía que la única duda sería Bidondo o Benavente, el técnico tuvo una ocurrencia y la probó. Tres en el fondo, con Diego Rodríguez de líbero, y Carreño y Oleiro de stoppers; tres por delante de ellos, con Jones como único volante de “contención” (que además es el iniciador de todo el circuito de juego); Yago Cabello a su derecha y Catriel a su izquierda; dos enganches, Ladogana y Casanova; y dos delanteros, Náser, y el reemplazo de Yañiz por un Maxi Benítez de bajo nivel.
Conclusión: un equipo ultra ofensivo acorde a las necesidades impostergables de ganar o ganar. En la cancha el plan salió a la perfección desde el volumen de juego y la continuidad en la creación de situaciones de gol. Cambaceres generó una cosa y la otra en proporción a lo que planteó táctica y estratégicamente. En el debe, una vez más, quedó algo fundamental en el fútbol: convertir más goles.
El primer tiempo fue casi ideal. Con Cambaceres desbordando por número y por despliegue a un Alem aturdido de ver tantas camisetas blancas sin referencias posicionales. La sorpresa y la movilidad constante, fueron entonces las armas para que Camba desborde al lechero una y otra vez. Para que esto suceda, contó con dos jugadores excepcionales: Adrián Jones, amo y señor del mediocampo en el que de sus pies se iniciaron todas las acciones con claridad; y Ezequiel Yañiz, fabricante incesante de espacios, a través de sus corridas electrizantes y demarcación permanente. En ellos dos, se trazaron los vértices para un equipo que además contó con las buenas intenciones de Casanova, Ladogana, y Catriel por izquierda.
Los demás, incluidos los 3 del fondo y Yago Cabello, tuvieron la difícil misión de equilibrar el juego tratando de no dejar espacios defensivos, y lo hicieron bastante bien, para un planteo que incluía muchísimo riesgo.
Es cierto que el oponente no ofrecía muchas preocupaciones a la vista.Con Cordone, como desesperado conductor de su equipo, e Isasi, como único compañero que lo ayude. Pero la concentración de Camba fue clave, para mantener el orden en un esquema de alta exposición defensiva.
El gran objetivo era ganar y lo consiguió. El segundo era hacerlo a través del protagonismo que sus hinchas le exigen jugando como local y también lo logró. Quedó un tercer objetivo sin cumplir: concretar en mayor proporción a lo que genera. Y la explicación está en que toda la claridad que tiene hasta llegar al área, se le nubla cuando llega a ella. No de casualidad el gol lo convirtió el que con más serenidad definió; Adrián Jones, que se la picó al arquero con la frialdad que antes y después no pudo tener ni Náser ni Catriel ni Ladogana. Es una cuenta pendiente, pero hay que saldarla rápidamente, para no volver a sufrir sorpresas.
Mientras tanto se celebra esta victoria, tan necesaria como urgente. Y se sube un par de escalones en la tabla, que muchas veces determina los estados de ánimo. Cambaceres le ganó 1 a 0 a Alem con la autoridad de quien confía en sí mismo, a pesar de que la racha venía torcida. Haberla enderezado definitivamente dependerà de los próximos partidos. Por lo pronto dio el primer paso, que era uno de los más difíciles, y por eso vale tanto.
Martín Ortiz
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