EL ESPÍRITU DEL EQUIPO, SE QUEDÓ EN LA FIESTA.

Jugó un partido muy flojo y perdió con justicia. Villa San Carlos no pudo sostener la intensidad con la que jugó el famoso partido ante Defensores de Belgrano, y cayó por 3 a 0 ante un Acassuso que jugó mucho mejor y más concentrado. Como si la gran fiesta del miércoles le hubiese pasado factura, el equipo de Enrique anduvo perdido en Vicente Lòpez y dejò un mensaje inequívoco: el cuerpo estuvo en Platense, pero el alma se quedó en la fiesta.
Ya desde el inicio del partido se notó la fragilidad de todo tipo con la que el Celeste salió a jugarlo. Sin orden defensivo, con falta de reacción física, y sin juego, solo podía esperarse que algún pequeño milagro hiciera que este Acassuso de buenos jugadores no lo venciera. Las manos de Víctor Volpe y algo de fortuna impidieron que esto no suceda antes, pero el resultado sería inevitable.

Es que el mismo Enrique reconoció su error en el vestuario: "la responsabilidad fue mía, tenía jugadores cansados, tendría que haber rotado". La tensión y la responsabilidad asumida 4 días antes en la fiesta de la reinauguración hizo mella en el físico y la mente de los jugadores, y eso se notó en cada jugada. Encima, el planteo desde las características de los jugadores fue similar al de Flandria, y la consecuencia también. Sin Córdoba por suspensión y Sarati por lesión, al equipo le faltó solidez en el fondo y conducción en todos lados.

Porque encima Peluso anduvo flojo otra vez, Juan Pablo Ortiz no siente esa posición de volante por izquierda, y Gonzalo Raverta no puede hacer todo solo. Otra vez volvió a jugar en buen nivel Orfila, pero igualmente lo suyo es la marca, y no la creación. ¿Y los delanteros? Alguna vez Alfredo Distéfano dijo que el volumen de juego de un equipo se lo da la dinámica de sus delanteros. Que en la movilidad y es la profundidad de sus movimientos está la apertura del juego para los defensores y los volantes que acompañen las jugadas. Habrá que recurrir a esa aucencia de Pelanda en los movimientos, para entender porque a San Carlos le cuesta tanto construir juego.

Aún con todos esos problemas, San Carlos llegó a la media hora de partido con un 0 a 0 que lo premiaba. E inclusive tuvo dos jugadas algo fortuitas en las que pudo convertir. La primera un remate de Pasquale que tapó el arquero y Pelanda erró en el rebote con el arquero vencido. La segunda un remate de martillo Ortiz que se metía y tras rebotar en las piernas del arquero dio en el palo. Podrían haber cambiado el trámite es cierto. Como también lo es que en tal caso, hubiese sido injusto.

Acassuso siguió buscando en ofensiva más y mejor, sobre todo a través de la gran figura del encuentro, Abalos. El y los demás volantes tomaron nota de la pésima tarde que Aguimcer tuvo por la izquierda y se repitieron atacando en ese sector. Hasta que un centro atrás lo encontró al mismo Abalos con el gol. Faltaba casi una hora de partido pero daba la sensación de que La Villa no disponía ni de armas ni de fuerzas para levantarlo.

En el complemento ensayó una reacción, sobre todo con el ingreso del pollo Raverta y el reacomodamiento de la defensa en la izquierda. Pero Pelanda volvió a errar otro gol debajo del arco y ya nada bueno iba a suceder. Otro impresentable arbitraje iba a acelerar la derrota inminente e indiscutible del local, cuando expulsó de manera totalmente injusta a Gonzalo Raverta (le cometieron infracción y el juez lo amonestó por pensar que simulaba). Entonces Acassuso liquidó el partido con un golazo al ángulo de Mazulli. En el tercero, el de Romero, San Carlos ya había bajado los brazos, sobre todo tras la segunda expulsión, la de Emiliano Peluso.

El equipo de Enrique ya hacía rato que naufragaba en la cancha sintiendo el mal de ausencia de jugadores indispensables, y la derrota se había consumado mucho antes del final. Acassuso fue dominador de la tarde de Vicente López y su premio fue el triunfo. San Carlos puso el cuerpo en la cancha, pero el alma quedó en Berisso, allí, donde los ecos del regreso memorable, le pasaron la factura de la fiesta.

                                                                                                                    Martín Ortiz
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4 comentarios

  1. San Carlos hijo mio ya no se como cojerte chau putito sos de la "DDDDDD"

  2. acassuso yo soy pincha y villero , sos tan chikito , y aparte que nombre d emierda ni una cansion se puede cantar con ese nombre , gana lo que gano estudiantes y la villa y despues habla , cartonnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn.

  3. pobre mogolico este pincha hincha de la filial del lobo que boludo que sos x dios aguante acassuso y san martin de burzaco

  4. acassuso y san amrtin de burzaco , comprate equipo , la verdad sos el hambre y als ganas de comer , croto a acassuso no lo conocia pero ya habiendo un mogolico como vos , me doy cuenta que son todos unos putos y cagones barbaros , una pregunta cuantas libertadores tenes?
    La villa nunca puede ser filial del lobo , porque le villa salio campoen y los tristeros son virgenes , la villa es una institusion ganadora mas ahora que se fue orfila.

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