Un muy buen primero punto se trajo en el debut Villa San Carlos de Mataderos. Con la prolijidad táctica como premisa, y el ensamblamiento de las piezas nueva con las conocidas, el equipo de Rubén Agüero puso primera con en un examen difícil y cosechó una sonrisa ante Nueva Chicago. Con un primer tiempo flojo y timorato, pero un complemento en el que mostró dosis de juego y audacia auspiciosas. Así fue el debut de La Villa.
“Antes del partido todos firmábamos el empate, y después del buen segundo tiempo que hicimos, en el que pudimos ganarlo, nos quedamos muy conformes.” Fueron las declaraciones de Rubén Agüero tras el empate 0 a 0 que su nuevo equipo logró ante Nueva Chicago como visitante. Y fueron palabras coincidentes con lo que nosotros desde la cabina de transmisión pudimos describir.
De esa forma todo quedaba a merced de Chicago, quien tuvo la iniciativa, pero también una lentitud de movimientos que le servía al plan de San Carlos. Así transcurrió un primer tiempo casi sin sobresaltos, a no ser por un par de intervenciones de Volpe, y un par de cierres del gallo Duarte (de buen debut), y del pollo Raverta, líder y figura en la tarde de Mataderos.
En el segundo tiempo iba a cambiar todo. Para bien de San Carlos. Porque se adelantó en el campo de juego, y eso le permitió a los volantes jugar mas agrupados con los delanteros, y tener la posibilidad de tocar la pelota más cerca del área rival. Ambas cuestiones, más un sostenido crecimiento individual en actuaciones como las de Melillo, y Birge (le costó un tiempo tomar ritmo pero después mostró cosas interesantes); el equipo tomó volumen y vuelo en el juego.
Arriesgó claro está, y por eso Chicago agarró a la defensa saliendo en algunas ocasiones donde otra vez Volpe fue el héroe; pero de la otra forma, como había jugado en el primer tiempo, probablemente no hubiese resistido. Porque lo pudo perder, y no hubiese habido mucha discusión, pero también pudo ganarlo, hecho que en el primer tiempo hubiese resultado una quimera.
Tuvo tres chances de gol. Dos de ellas extremadamente claras. La primera un desborde de Agustín Domenez por izquierda, en la que cabeceó Mariano Fernández cruzado, exigiendo al arquero de Chicago de una manera extraordinaria. En la segunda el desborde perfecto fue de Matías Birge, para que Gonzalo Raverta estampe un cabezazo en el travesaño y quede el grito de gol ahogado. Fueron las imágenes de lo que Agüero había planificado para su equipo en el segundo tiempo. También pudieron valer un triunfo.
Las dos caras de un equipo que se está conociendo. Porque tuvo muchos cambios, más allá de los 3 aceptables debuts, en el armado del equipo, y en las posiciones que cada pieza ocupó, en relación a lo que lo venían haciendo el torneo pasado. Como examen exigente que fue, dio más que aprobado. Porque las circunstancias eran muy complejas.
Pero tendrá que mejorar, sobre todo el juego, cuando tenga que salir a ganar. Además, desde aquí, creemos que todavía se debe hacer por lo menos una contratación más de jerarquía arriba. Para que Pasquale y Sarati no estén obligados a no resfriarse jamás. Es una idea, que coincide con la de Agüero,
Por lo pronto, San Carlos se trajo un punto de Mataderos, ante un Chicago exitado por las más de 8 mil almas que lo empujaron hacia un triunfo que jamás llegó. Vale una enormidad, para el comienzo de un camino que será largo y exigente.
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