CAMBACERES TIENE EL SÍNDROME DEL PROTAGONISMO

Otra vez. Cambaceres jugó muy mal y perdió ante Laferrere y ante su gente, que con fastidio entendible, repudió en algunos momentos la actuación del equipo. Sin asumir protagonismo, sin juego y sin crear peligro, se entregó mansamente a lo que propuso Laferrere, quien sobre el final y con un certero cabezazo de Almada Flores, se llevó lo que merecía.
La secuencia, por repetida, ya pone los nervios de punta a los hinchas. Los jugadores enfilados hacia el remozado tunel por el que llegarán otra vez al vestuario, a bañarse, cambiarse y a darle explicaciones a la prensa que el mismo entrenador no encuentra. “Hacer las preguntas es fácil, dar las respuestas no”, expresaba un Alejo Santa María ofuscado. Como antes había estado ofuscada la gente con él, o la pelota con los jugadores…

Es que a decir verdad no se puede rescatar casi nada de esta nueva derrota de Camba en su casa. Apenas las buenas intenciones de Cardozo en el medio, de los delanteros Pelosi y Valenti, arriba, y de Arias Navarro en el arco. Todos aislados entre sí, desconectados, tratando de salvar individualmente a un equipo que como tal nunca funcionó, ni estuvo cerca de hacerlo.

Ni una sola situación de gol clara en noventa minutos. Y lo que es peor, ni una sola jugada rescatable en conjunto, producto de alguna serie de pases eslabonados, que despierten algo de admiración. Nada. O demasiado poco, como para no entender de que jugando así, ganar era una lotería solo adjudicadle a la fortuna o alguna pelota parada efectiva.  

A esta altura decir que de local le cuesta asumir el protagonismo es una obviedad. Pero hay algo más grave que no poder asumirlo. Es no intentar hacerlo, y esta magra actuación ante Laferrere nos dejó esa impresión. Defensores en su estadio no sale a llevarse por delante a ningún equipo. Más bien todo lo contrario. Sale a esperarlos, los respeta en demasía, y en consecuencia, los agranda.

Antes fue la UAI Urquiza, ahora Laferrere. Camba les cedió terreno y pelota. Y sin la pelota siempre es más difícil. Con el útil, Laferrere dispone de buenos valores como la vieja Moreno, Almada Flores o Pasini; más un delantero habil y escurridizo Benegas. Todos favorecidos por la pasividad del Rojo a la hora de salir a presionar, para cortar los circuitos.

Si la estrategia falla, la necesidad urgente es la creatividad. Y nadie pudo hacerse cargo de ella. Ni Burgos, ni Casanova (a Massara no lo contamos porque se fue muy temprano), ni alguna sorpresa en la subida de los laterales Goicochea o Martínez que no llegó nunca. A los delanteros más no se les podía pedir, corrieron todas las pelotas, que siempre les llegaron divididas, y agudizaron su ingenio para rematar desde las posiciones más incómodas y menos ortodoxas. Pero lo hicieron de esa manera porque sencillamente estuvieron expuestos a eso.

Profundizar la crónica sería ahondar las críticas. Y evidentemente cuando una actuación así, hace que los mismos protagonistas se den cuenta de lo producido. Hablar de otra cosa, o decir que la racha de local es inversamente proporcional a la de visitante, sería obviar una realidad tan evidente como ineludible. Cambaceres se armó una vez más para teóricamente ser protagonista de un  campeonato. Pues entonces deberá animarse a serlo, donde se encuentra la única verdad en el fútbol, en el verde césped.
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