Cambaceres se sacó de encima las dos derrotas consecutivas y volvió a sumar de a tres frente a El Porvenir. La tarde del lunes en Gerli dejó varias grandes noticias. La confirmación de que a Sergio Valenti se le abrió definitivamente el arco al marcar los dos goles del triunfo y llegar a tres en los últimos dos partidos. La tranquilidad general de todo el encuentro, producto de un flojo equipo local, donde Juan Arias Navarro tuvo que aparecer muy poco y, como siempre, para responder favorablemente. Y también habrá que anotar la interesante aparición de Federico Iglesias. El juvenil de la cuarta división que con muchísimas ganas y siempre tratando de resolver con simpleza se convierte en una nueva variante para Carlos Da Ponte, y no sólo un agregado más para el plantel.
En la crónica del partido anterior marcábamos algo parecido a dejar de analizar a Cambaceres con generalidad. Evitar frases hechas como "preso de su irregularidad" o "el Rojo está para esto o aquello". El mejor camino para detallar el rendimiento del equipo de Ensenada es hacerlo partido a partido. Así debe afrontar este campeonato, sin complicarse la vida con mirar más allá de donde permite la vista. Está claro que el Rojo no va a pasar 10 o 15 partidos sin perder y agarrará la punta de un momento para el otro. Tampoco es un equipo que se vaya a acostumbrar a la derrota y se hunda en los promedios. Cambaceres es un conjunto con un más que digno plantel para esta categoría y, dentro de un presupuesto acotado, intentará ser protagonista del torneo lo más que pueda.
Todo eso lo vino a decir el triunfo como visitante ante El Porvenir por 2 a 1 donde Camba tuvo muy buenos primeros 20 minutos para redondear un buen primer tiempo con ventaja a través de un buen derechazo de Valenti, posterior a una muy bueba jugada de Elías Di Biasi, quien corroboró que debe ser el conductor de este equipo. Y una segunda etapa donde la tranquilidad que le daba la falta de ideas del Porve le permitió refugiarse a esperar que pasen los minutos y que llegue alguna chance para definirlo. Se dio todo. El local casi no inquietó a Arias Navarro y sobre el final Valenti quedó mano a mano para definir, con los hombros mucho más livianos, en soledad ante el arquero rival.
La desatención final para el gol de Mauro Del Corro sólo vino a decorar el resultado cuando el partido ya se moría, cuando una gran victoria de visitante para Cambaceres ya era cosa juzgada. Un triunfo que llegó en el momento justo, que trae aire fresco para el Ruso Da Ponte y que se apoyó en un equipo con mentalidad diferente y hambre de ganar desde el primer minuto. Tal como lo señalaron los protagonistas luego del encuentro.
El resto ya fue mencionado y está más que claro. Para Cambaceres, ésta es una historia de partido a partido. De no sentirse menos que nadie, porque no lo es. De no esperar la campaña épica ni el derrotismo absoluto. Éste equipo es más que digno para afrontar el campeonato que queda por delante, siempre y cuando tenga la voluntad y el compromiso necesarios. Ese que tuvo la tarde del lunes en Gerli. Ese que se trajo muy buenos tres puntos para Ensenada.
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