De las cinco veces que se habían enfrentado, 4 habían terminado con las camisetas de celeste elevando sus brazos. En el breve historial entre Sarmiento y Villa San Carlos, el Cele le había ganado de todas las formas y en todas las canchas. Primero en el bosque, 3 a 1 (hasta el de Cuevas el único gol que había hecho Sarmiento) en aquellos tiempos donde el Genacio Sálice estaba en refacciones. Con un baile tremendo al verde que llegaba como puntero, y se iba humillado.
Después le ganó en Caseros, con un gol agónico de Fernando Pasquale. Más tarde llegó el turno en Junín, donde Emanuel Sarati convirtió dos veces en lo que fue el comienzo de aquella inolvidable seguidilla de triunfos que lo clasificaron al reducido. Y finalmente se dio el gusto en Berisso, en el debut de Rojano como goleador en esta misma campaña. En el medio, también había quedado un valioso 0 a 0 en Junín, en tiempos debutantes de San Carlos en la B Metropolitana.
Por los antecedententes estadísticos, La Villa tenía que hacerle partido al líder. Y si bien esta vez no pudo validar la historia, la imagen final de los jugadores del verde pidiendo la hora hicieron, al contrario de la tarde de Temperley y la noche de Vicente López, una caida más que digna. Al menos así lo reflejaron las crónicas...
"La Villa salió decidido a faltarle el respecto al puntero de entrada. Y con un trabajo ordenado en todas sus líneas, lo consiguió. El ir y venir de los volantes fue una de las constantes del partido. En ese sector de la cancha la pulseada fue permanente.
Los de Berisso presionaron de manera insistente en el medio, manejaron el balón con inteligencia, pero a la hora de atacar, a los delanteros les faltó precisión en los metros finales.
Sarmiento, en tanto, un equipo muy bien estructurado, supo cambiar a tiempo. Si bien le costó hacerse de la pelota en los minutos iniciales, se afirmó tácticamente luego de la media hora de juego.
Justamente a los 34, después de un descuido defensivo, Héctor Cuevas, definió ante la salida de Matías Coloca.
Un resultado injusto, por decirlo de alguna manera, habida cuenta de que San Carlos se había mostrado mucho más punzante en ataque y ordenado en la mitad de la cancha.
En el complemento, el conjunto de Berisso, con el resultado en contra, salió con determinación a buscar la igualdad.
Adelantó sus líneas, y de a poco, fue metiendo contra las cuerdas a Sarmiento, que se paró de contra.
Los minutos fueron pasando y la Villa fue haciendo méritos suficientes para equiparar el marcador, pero una vez más (como sucedió en el primer tiempo) los delanteros se mostraron con la pólvora mojada.
Sarmiento, no obstante, supo aguantar la embestida de la visita con la solvencia defensiva que lo caracteriza.
Se cerró muy bien en el fondo y terminó por desbaratar cualquier intento de San Carlos. Y cuando tuvo la pelota respondió de contragolpe.
Faltando cinco minutos para el cierre del encuentro, el equipo local sufrió la expulsión de uno de los centrales: Gustavo Benítez.
A pesar de contar con un hombre de más, San Carlos no le encontró la vuelta a un Sarmiento ordenado, pero mezquino al mismo tiempo. La Villa, pese al esfuerzo ofrecido durante gran parte de este encuentro, se quedó con las manos vacías y masticando bronca."
Después de la goleada ante Platense, y más allá de no haber convertido goles, y rescatar solo un punto, San Carlos mostró signos de recuperación anímica y futbolística. Le sigue faltando gol, como casi en todo el campeonato. El próximo rival, Lamadrid, parece ser una gran ocasión para recuperar ambas cuentas pendientes. Volver a convertir y volver a ganar.
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