A LO SAN CARLOS

Lo ganó a lo San Carlos. Y como le gusta ganarlo a cualquier hincha de fútbol. En el último minuto. Cuando las ganas de gritar un gol están más arriba que nunca. Cuando la espera del grito se hace tan insoportable como el 0 a 0. Cuando el grito nace con más fuerza, porque la fuerza está contenida. El gol de Fernando Pasquale se pareció a tantos otros en este Genacio Sálice acostumbrado a ser un gran anfitrión solo de San Carlos.El grito llegó en el final.  Como aquellos del "chori" Ortiz. Como estos de Pasquale a Los Andes, o a Tristán Suárez. Como este a Barracas. A lo San Carlos.

Además de darle el triunfo, la alegría a la gente, y la ambición del reducido. Este gol de Pasquale nos permitió no tener que empezar estas lineas por Cristian Benitez. Aunque no podremos evitarlo en toda la crónica, como gran responsable del cambio de rumbo de un partido que lo tenía a San Carlos como claro candidato al triunfo, y fue equilibrado solo por decisión del juez.

Como pocas veces, el partido tuvo un quiebre en una decisión vergonzoza de un árbitro. La expulsión de Gonzalo Raverta no resiste análisis. Injusta e indignante por donde se la mire, tratocó los planes de San Carlos que hasta allí superaba con notable facilidad a Barracas. Habían sido casi 25 minutos de buen juego combinado con profundidad. Precisamente teniendo como sector de ataque favorito al derecho, donde Gonzalo Raverta, con Mariano Fernández y Sarati hacían estragos con el pobre Sardi. Dos ocasiones de gol desperdiciadas por Pasquale, otra del mismo Gonzalo, y una de Sarati. Barracas solo había llegado por un error de cálculo de Coloca en un remate bombeado que calculó mal y dio en el travesaño.

Pero la diferencia era notable. Y la daba también, el excelente trabajo de Emanuel Avalo Piredrabuena, figura de la tarde berissense, que combinó en ideales proporciones, recuperación, despliegue y manejo de pelota.
Pero Benítez, extrañamente decidió expulsar a Gonzalo Raverta. Y el partido nunca más volvió a ser el mismo. Porque si bien San Carlos redobló esfuerzos para disimular la desventaja de hombres. Cuando Alonso, empezó a meter cambios de ataque, se perdió la pelota en el medio y Barracas llegó con mucho peligro. Fue el tiempo de ver dos espectaculares atajadas de Matías Coloca. Una chilena y un cabezazo de Matos que mandó al córner de manera asombrosa.

A su vez, Aguero fue dejando con los cambios muy solo a Pasquale, para que los ataques dependan de algún desprendimiento de ese inteligente jugador que es Mariano Celasco, o de algunos de los volantes que quedaron en cancha. Era cuestión de tener alguna pelota parada sobre el final, o de conformarse con el empate que mantenía el invicto en casa jugando con uno menos tres cuartos de partido.

Pero llegó la última bola de la tarde. Y eso en Berisso significa mucho. "El pollo" Raverta, de buen partido, se salía de la vaina por ir a buscarla. Pero la lógica y Fede Slezack le dijeron que por altura, el que debía buscar era Fede. Mientras la gente le gritaba a Aguero que lo deje ir, vino el centro, el primer cabezazo del hombre que no iba a ir, y Fernando Pasquale, en una mini historia de desencuentros con el gol, tuvo la felicidad del gol y el triunfo en su cabeza.

Lo gritó con furia, como la gente. Y no era para menos. Con ese gol enterraba el fastidio propio, le daba 3 puntos de oro al Cele. Y hacía olvidar la bronca sobre Barracas y sobre Cristian Benítez, gran cómplice de que la tarde sea tan complicada.
Gano San Carlos. En Berisso y sobre el final. Como en aquellas tardes inaugurales de goles agónicos. Como en esas otras de seguidillas de triunfos que lo hicieron entrar al reducido. O como en estas más recientes, donde el gol llega después de más de 90 minutos de implorar por él, y de extrañarlo. Hasta necesitarlo tanto que cuando llega, la vida parece más linda.
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