Hay tardes en las que a uno no le sale nada, y al otro todas. El fútbol tiene mil ejemplos de eso. Pues ayer en Libertad sumó uno más. Después de 15 fechas de aplastar rivales y superarlos, Cambaceres llegó a este reducido convencido de sus fuerzas y conciente de su momento. Pero Midland, que históricamente le hizo la vida imposible, tenía preparada una embestida futbolísticas de esas que no se olvidan. Al punto de que lo superó, le ganó 4 a 1 y lo aplastó como antes Camba había hecho con la mayoría de sus oponentes.
En la previa la pulseada de valores de uno y otro equipo estaba clara. Cambaceres con mejor presente y con jugadores en mejor nivel. Pero Midland contaba y cuenta con jugadores de mayor experiencia en estos partidos. La mayoría de sus hombres tienen muchos años en el lomo de B Metropolitana, y están acostumbrados a jugar bajo presión. Encima la cancha de Libertad es pequeña, y la conocen mejor. Había que ver que factor pesaba más...
Como pesar también pesaron los dos goles de Figueroa en 14 minutos. Porque además fueron el reflejo de lo que iba a decidir el partido. Ambos fueron producto del desborde de las bandas mal cuidadas por los jugadores del Rojo. De hecho lo más flojo del equipo estuvo en los tándems compuestos por Martínez y Luna por la derecha, y González y Díaz por la izquierda. Sumados a la lentitud y la falta de reacción de Alejandro Arévalo jugando de arriba y de abajo.
Camba falló en sus sistema defensivo. Sin contención en el medio. Porque Cardozo y Jones debieron desdoblarse para ocupar espacios que no les correspondían y quedaron casi siempre a contramano de las jugadas. Y casi sin tenencia de pelota, ante la falta de recuperación de la misma.
Pero también es una gran verdad que el partido de Midland fue por momentos óptimo. Con niveles de toque y precisión pocas veces vistos, sobre todo en una cancha que no invitaba al juego por abajo.
Un partido impresionante de Almada Flores, Villalba y Bataras. Todos volantes ofensivos que jugaron con la agresividad que debe jugarse una final. Culminados en una tarde inolvidable de Diego Figueroa, que todo lo que tocó lo transformó en gol , o en una jugada de gol para algún compañero.
Solo cuando el partido estuvo 2 a 1, por el desequilibrio a pura individualidad de Colombano y Valenti, Camba asomó con equiparar el encuentro. Pero cuando parecía que eso sucedía, porque además Aldirico intentó cambiar desde las sustituciones, llegó otro error de la defensa, y otro acierto de Figueroa. El tercero iba a ser el principio del fin...
De un final que pudo ser peor. Porque el cuarto de Villalba (excelente definición a colocar desde lejos), cayó de maduro. Y la mejor noticia fue que no haya llegado el quinto. Cosa que pudo suceder, y hubiese sido casi ilevantable para la revancha.
En el final, Midland terminó floreándose, y mostrando además una de las caras más difíciles en el fútbol. La de no permitirse relajar. El Rojo fue por el descuento pero las fuerzas anímicas ya habías sufrido demasiados golpes. Había que terminarlo lo más rápido posible y pensar en cambiar.
Cambiar para la revancha... La mentalidad, y seguramente algunos nombres. Porque Aldirico apostó a la lógica de respetar los nombres "titulares" que a la postre no le respondieron. Será cuestión entonces de apostar a los que mejor estén. Ahora que quedan solo 90 minutos para corregir lo que estuvo mal hecho. La tarde que Midland lo dejó groggy, pero no lo noqueó.
0 comentarios