DE LA CAJA DE PANDORA, CAMBA SACO UN TRIUNFO IMPRESIONANTE

Si la vida te da sorpresa, Cambaceres redobla la apuesta. Las tres derrotas consecutivas, habían puesto en jaque a Lalo Borgarelli y un proceso que se caía. Llegaba J.J Urquiza que era escolta y parecía que lo iba a piner "jaque mate". Sin embargo, Cambaceres que desconcierta para bie y para mal, metió una victoria impresionante a base de concentración, solidaridad y fútbol, y resucitó al entrenador y los jugadores mismos ante el asombro de su gente. Le ganó 2 a 0 al escolta, y sigue construyendo un torneo de locos.
Que dificil es explicar a este Cambaceres. Cuando uno comienza a bajar elogios para el rendimineto del equipo que parece asentarse, se mete en un tobogán pronunciado. Nos pasó en el comienzo del torneo, y hace 4 fechas cuando tras ganarle al CADU con claridad, entró en un pozo. Si embargo, cuando parece que no puede salir del pozo, da un salto revitalizante y le pone vida futbolística de la manera más asombrosa. Como esta trade ante Jota Jota, en la que pasó por arriba a su rival, que venía nada menos que peleando la punta con Excursio...
Tarde soleada, calurosa, con varios técnicos chusmeando en la tribuna y expectante por el desenlace inminente del ciclo de Borgarelli, que pese a las desmentidas, tenía las horas contadas. Tarde para la noticia esperada, y para el rumor de nombres en carpeta. Pero...este Camba siempre tiene un pero para la lógica, de un lado y del otro. Allá abajo, en el verde césped donde se definen los destinos, once jugadores vestidos de Rojo salieron a respaldarse, así mismos más que al técnico. Porque como dijo Diego Dell Orto tras el encuentro: "si pierde el técnico, perdemos nosotros, perdemos todos".
Y vaya si se respaldaron. Jugaron el mejor partido del campeonato. Gagando por fuerza y actitud en todos los sectores de la cancha. Siendo un equipo corto y compacto, que nunca dejó jugar al de Loma Hermosa, tan soprendido como el público. En la tarea de desmoralizar al rival a base de fuerza y despliegue físico que Cambaceres encaró, hubo un líder espiritual que vino desde atrás y arrastró positivamente a todos: Jesús Martínez.
El experimentado lateral volante izquierdo jugó un partido espectacular. De esos que seguramente solía jugar en la mismísima B Nacional cuando en Huracán de Tres Arroyos lo adoptaron como hijo mimado. Subió por el lateral mil veces con inteligencia para hacerlo de manera sorpresiva. Anticipó lejos de su área defensiva, en posiciones comprometedoras para el rival, marcó en el fondo sacando dos goles hechos (uno sobre la línea), contagió ganas (creame que eso se contagia), y encima metió un gol formidable, desde lejos y en ángulo cerrado pegándole como venía. Más, imposible.
En su sintonía, se engancharon todos en un fondo que no quedan dudas, deben ser los titulares. Dell Orto, tal vez el más callado pero no meos solvente, y Kees y San Esteban, como la dupla de centrales ideal. En el medio Jones mostro su jerarquía, y Borgarelli parece haber entendido que el 4-4-2 en esta categoría es innegociable. Con Soria como buen aliado, y los delanteros moviéndose permanentemente para ser descarga de los volantes por afuera. A propósito, también Manes y Pesoa tuvieron su buena tarde, sin continuidad, pero buena al fin.
Con el equipo parejo en individualidades, y metido al máximo en el partido táctico de los rebotes y el achique de espacios sobre la poseción rival. Cambaceres no tuvo obstáculos para ganarlo. El resto lo hicieron el golazo de Jesús Martínez, y el de Manes (tras un rebote en el palo por remate de Jones en el que Arzamendia defeccionó.), promediando el primer tiempo. Lo demás casi no fue partido. Pero no lo fue gracias a que el Rojo no lo dejó que sea.
Porque en el segundo tiempo se dedicó a trabajarlo, primero cuidando que lo le conviertan (la única fuela que Martínez sacó de la raya), pero bien lejos de Zurlo, en el medio campo. Y después porque nunca se resignó a busacar el tercero, que pudo haber llegado varias veces, por Dell Orto o por el chico Catriel por ejemplo.
Noventa minutos antes, las miradas estaban puestas en el entrenador. Noventa minutos después en la despedida triunfal de un equipo que se mostró ganador, como si las tres derrotas al hilo no hubiesen existido. Cambaceres es así. Así de inexplicable, así de impredecible.Aunque la gente sabiamente prefirió dejar los análisis para nosotros, y entregarse al placer del triunfo. Ahora llega Barracas, otro poderoso, veremos que nos depara la caja de Pandora. Mejor dicho, que nos depara este Cambaceres... (foto Gabriel de Charras)
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