Si señores, el pájaro Pablo Miranda será jugador de Godoy Cruz de Mendoza, y compañero de Rodrigo Salinas. Después de más de 10 años vistiendo la casaca de Villa San Carlos, muchos goles, y más gambetas, ese gran jugador y mejor persona que es el pájaro Miranda, va a jugar en la Primera División del fútbol argentino, junto a su compadre berissense. "Es un sueño, todavía no caigo, pero me llegó en el momento justo y espero aprovecharlo", nos dijo, minutos antes de su partida hacia Mendoza.
Jugó y debutó en la Primera D, hace ya diez años, cuando tenía tan solo 15 de edad y sus asombrosas condiciones apuraron el inicio. Logró el ascenso a la C con la Villa en el 2002, de la mano del querido Carlos Gorostieta. Pasó muchos años en esa categoría, siendo subcampeón o salvándose del descenso en una promoción.Pasó buenas y malas. Y muy malas también. Cuando el sueldo de mozo de pizzería no alcanzaba y el fútbol no dejaba más rédito que el de la alegría de defender los colores amados. Cuando el fútbol estuvo a punto de ser pasado, aunque la edad y las condiciones dijeran lo contrario.
Sufrió las patadas más arteras, de aquellos que no entendían que su fútbol atrevido, ese que tira caños, tacos y sombreros, o el de las pisadas más impensadas, no eran la provocación al rival de un resultado favorable, sino la forma de sentir un juego, un juego llamado fútbol. Sufrió y luchó. Hasta que empezaron las buenas, el ascenso del querido Cele, que valió el doble porque fue con amigos. Los goles en la B, el reconocimiento...
Hasta que un grupo de empresarios, que parecen tener mucha mejor visión del fútbol que unos cuantos dirigentes, se la jugó y le compró el pase al club. Aquí un paréntesis. El grupo, y el jugador, podrían haber "puenteado a San Carlos". El contrato era de un año y el 30 de junio vencía. Pero ambos actores, fueron leales y no traicionaron la institución. De allí esta venta, provechosa para todos.
A veces uno se pregunta en que andarán Estudiantes y Gimnasia, cuando en el patio de sus casas tienen jugadores como este o Salinas y no los ven. Y tienen que irse a jugar a Mendoza. Rápidamente la nobleza nos obliga a disfrutar y valorar que un club como Godoy Cruz y un técnico joven como Asad les dé la oportunidad. En este país en el que lo que muchas veces falta para los que "no tienen palanca" es eso: oportunidad.
Por eso, y por una infinidad de historias anónimas que conocemos. Solo queríamos decirte; salud, pájaro querido. Disfrutá este momento al máximo. Que siempre va a valer la pena luchar, mientras alguien humilde y talentoso, como vos, viva horas tan felices...
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