HOY UN JURAMENTO...MAÑANA UNA TRAICIÓN.

Defensores de Cambaceres es el manual de la incertidumbre. Nunca se sabe lo que puede deparar. El miércoles le ganó al CADU con una actuación convincente que invitaba a la ilusión. Y hoy se despachó con una goleada en contra que una vez más lo devuelve a los sopapos a una realidad mucho más cruda. San Miguel, que venía de 2 caídas seguidas y parecía ser un rival accesible, le ganó 4 a 0 y hasta le hizo precio. Una paliza similar a la de Rosario, que al final parecía un espejismo, pero se transformó por repetición, en la peligrosa realidad de un equipo desconcertante. Que promete una cosa, y sale con otra. “Hoy un juramento, mañana una traición, amores de estudiante flores de un día son.” El tango, en la voz del gran Carlos Gardel, bien podría decorar un video de este Cambaceres que camina en los extremos. Que pendula entre la esperanza de transformarse en un aspirante a pelear el torneo, y luego sufre los avatares una goleada lacerante e hiriente. Como le pasó en Rosario, después de aquel gran arranque de defensa sólida y madura. Como le pasó ahora en Los Polvorines, luego de cosechar 7 puntos de nueve en las tres fechas anteriores.
Un 0-4 en contra, difícilmente pueda revestir discusiones. Amen de que en este deporte nada es absoluto y los resultados a veces no condicen con el juego. No fue este el caso. De principio a fin San Miguel pasó por arriba a Cambaceres que salió en la mañana a jugar el partido dormido, y extrañamente desconcentrado. Tal fue el grado de pasividad, que ni bien llegó el primer gol de Alejandro García, una de las figuras de la cancha, se desmoronó toda posible reacción. Justo Cambaceres, que desde hace mucho tiempo se adueñó justamente de eso, de tener reacción.
Pero esta vez fue excepción. Y por ser la segunda en un mes, suena mucho más preocupante. La defensa, como en la tarde rosarina, hizo agua por todos lados, y San Miguel resolvió el partido con llegadas por doquier, goles y hasta lujos. Por lo que la goleada pudo ser aun más abultada. Maldonado y González, junto al goleador García fueron tres pesadillas. Y el tridente de delanteros que puso el trueno verde en cancha fue un problema táctico imposible de resolver para Borgarelli.
En primer lugar porque con el mismo esquema que ante el CADU, esta vez tuvo enfrente uno distinto; un 4-3-3 que siempre estuvo en ventaja territorial para San Miguel. Sobre todo porque esta vez Adrián Jones, figura indispensable en un medio campo que lo tiene como único recuperador neto, estuvo en una mala mañana, y el Rojo lo extrañó a horrores. Su “ausencia”, no fue suplida ni por Manes ni por Pesoa, que sigue sin funcionar, y el balón fue entonces patrimonio exclusivo del equipo local, que además tuvo un hambre voraz de ataque.
Entre un medio desguarnecido, una defensa desarticulada y la increíble inspiración de los jugadores de San Miguel, los demás goles eran absolutamente previsibles. El segundo fue otra vez de García al final del primer tiempo. Y los otros dos a los 10 (González) y a los 24 (el mejor gol al ángulo del ingresado Blanco). Pudieron ser más, porque era tal el desborde y la superioridad que la única buena noticia es que finalmente no hayan llegado.
Sin fútbol, con demasiados errores y por sobre todas las cosas sin capacidad de reacción, la goleada fue inexorable. Sin embargo, en otro contexto de un Cambaceres desorientado podría entenderse mejor. Pero en este…donde llegaba ganador y en franco ascenso en su rendimiento. Y donde el carácter era su mejor credencial, realmente no se entiende.
Será que este Rojo es como esos amores de estudiantes que dice el tango; que dan un beso y se van. Será como la inesperada inspiración de los artistas, que depende del azar. Será simplemente una excepción más a la regla, que nos prometía un equipo de rendimiento confiable, más allá de los resultados. Quien sabe. Quien puede saberlo. Si tan solo el miércoles fue una promesa, y hoy una decepción.
(foto, Gabriel de Charras http://www.revistatribunaroja.blogspot.com/)
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