LA REBELDIA DE CAMBACERES LLEGO A TIEMPO

Jugaba muy mal y perdía 1 a 0 el primer tiempo siendo sorprendentemente dominado por el humilde Cañuelas. Pero el entretiempo dio el espacio para la reflexión, y en el segundo tiempo tuvo una reacción digna de este equipo luchador y rebelde. Con el ingreso de Elías Di Biassi, y el crecimiento de Yañiz y Massolo, Camba se transformó en una tromba ofensiva que dejó expuesto las miserias defensivas de Cañuelas, y le regaló en su vuelta al 12 de Octubre un triunfo muy festejado. Había hecho todo como para decepcionar. Un comienzo a la deriva que, de no ser por las fragilidades defensiva que indudablemente, tarde o temprano, Cañuelas demostraría, tenía como resultado el peor primer tiempo del Rojo en el campeonato. Con un esquema 4-4-2 algo indefinido (la posición del gato Gamberini de 4 duró un suspiro y el medio lució confundido), Cambaceres sufrió las variantes de nombres que ya son habituales, y de las que a veces queda preso. Nadie niega que por las condiciones en las que se formó este equipo, la campaña es realmente extraordinaria. Solo decimos que tal vez, con algo más de regularidad en la constitución de sus equipos titulares, el funcionamiento podría ser mejor. De hecho, no se entendió demasiado porque Cecatto fue al banco de suplentes, o porque a Di Biassi le cuesta tanto ganarse un lugar. Así fue como Cañuelas, sobre todo de la mano de sus carrileros Pezoa y Correa, que contenían a Ibáñez y al pibe Carzoglio permanentemente en campo propio. Tal cual la costumbre de Borgarelli, los cambios llegaron sin demoras. Pero lo que se esperaba como cambios que modificaran el sistema, llegaron por el lado de los nombres para las mismas funciones. Todo despues del gol de Micket de un penal que solo el árbitro vio de Lacerre sobre Pezoa. La cuestión es que los que ingresaron (si bien lo hicieron por Ibáñez y Carneiro que no eran los más flojos), generaron una levantada. Aclarando que dicha levantada llegó tras el empate. Córner de Manes, que para nosotros se desvió en Ruiz, y con el gol llegaron los contrapuntos anímicos. Cambaceres subió sus acciones morales, y el tambero se cayó a pedazos. Allí comenzaron los huecos, y con ellos el crecimiento de Di Biassi para jugar, Ezequiel Yañiz para imponer su tremenda velocidad, y el Massolo para fabricar los espacios. Lo del colorado merece una frase aparte. No luce, no se ve mucho en juego. Pero es inteligentisimo jugando para el equipo. Pivotea, arrastra marcas y juega sin pelota para que los demás piquen al vacío. El segundo gol fue un centro de Benavente que Di Biassi de cabeza bombeó para que el arquero en su intento de sacarla al córner, la clave en un ángulo. El tercero una obra maestra. El propio Di Biassi, en su segunda acción decisiva, habilitó a Yañiz, quien definió de cucharita exquisitamente. Fue el fusilamiento psicológico de un Cañuelas que hacía rato andaba extraviado en la cancha, añorando el buen primer tiempo que había jugado. Las victoria a veces tapan falencias. Las derrotas exageran problemas. Lo ideal para este Cambaceres sería escaparle a las dos tentaciones más propias de los hinchas que de los conductores. Entonces habrá que pensar que así como cuando se perdió con San Miguel no estaba todo mal, este triunfo con Cañuelas no puede disimular algunos errores conceptuales (sobre todo defensivos). Cambaceres ganó 3 a 1 aun dando la ventaja de un tiempo desperdiciado. Pero ante un rival de mayor envergadura tal vez pueda ser demasiado peligroso. Por lo demás, es mérito repetidamente reconocido. valor para sobreponerse a la adversidad, y un amor propio que ya es una marca registrada. Para el equipo, y para los hinchas, que son lo que más gozaron con este triunfo en el regreso a casa...
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