LLUVIA...DE GOLES, TRIUNFOS Y ALEGRÍAS

Hace veinte días no podía parar de perder. Ahora no puede parar de ganar. Así de intempestivos son los cambios en la vida de Cambaceres. Después de ocho interminables años, y casualmente también bajo la driección técnica de Borgarelli, Camba ganó tres partidos consecutivos. Lo hizo por 4 a 2 contra un Barracas Bolívar que desmintiendo el resultado, le dio mucho más trabajo de lo imaginado. Pero sobre todo, lo hizo con rebeldía ante la suerte adversa, y con una voracidad ofensiva impresionante. Cambaceres empezó a arrasar a puro, y su gente después del desconcierto, se vuelve a ilusionar.
st1\:*{behavior:url(#ieooui) }
Faltaban veinte minutos y perdía 2 a 1. Por dos jugadas desafortunadas (sobre todo la segunda donde la pelota rebota en el travesaño, le da en la espalda a Zurlo y se mete peculiarmente). Sin embargo una certera sensación recorría el cuerpo de las muchas almas que volvieron a convocarse en el 12 de Octubre: Cambaceres iba a dar vuelta en cualquier momento. La convicción con la que el equipo iba al ataque en cada jugada, donde ponía cerca del área de Barracas a no menos de 6 jugadores, así lo indicaba.
Y los presagios se cumplieron. Por la profundidad que este equipo tiene desde hace varias fechas para desbordar con laterales y volantes, y por la presencia de área que complementan Diego Matías Jaime y Ezequiel Násser.Con semejante insistencia no lo podía perder. Lo sabían los jugadores, que se iban como trombas una y otra vez, lo sabían los hinchas, que nunca desistieron de alentar, inyectados en la confianza que se contagiaba desde el campo de juego.
Así, con esa fe, Cambaceres jugó el partido. Y por eso lo ganó. Pese al arranque algo somnoliento que le permitió a Carrizó meter un gol maravilloso al ángulo de Zurlo ni bien arrancó el encuentro. Y pese al extraño gol en el inicio del segundo de Perez. Esas dos jugadas, y un planteo muy inteligente de los de Moralejo para trabajar el partido con dos enganches abiertos, no le alcanzaron a Bolívar para desmoralizar al equipo ensenadense. Que nunca bajó los brazos, y parece estar programado para no hacerlo.
En esa tesitura, hay cambios en el conjunto de Borgarelli que parecen menos importante de lo que son. El mismo DT después del triunfo supo reconocer que Damián Soria, como dupla complementaria de Adrián Jones, le está dando un equilibrio que antes no tenía. Ambos se turnan para marcar y desprenderse al juego. Ambos son la rueda de auxilio para un equipo que va y va permanentemente. Es que en algunos pasajes, Cambaceres pone en ataque no menos de seis jugadores, uno de los dos volantes centrales mencionados, Manes y Pesoa por afuera, Jesús Martinez que es una verdadera topadora que pasa todo el tiempo a campo rival, y los dos delanteros. Demasiado para una defensa de Barracas Bolivar que aguantó hasta donde pudo, pero que tiene como escala final, a Cupertino.
La confianza que despierta un equipo pasa por cuestiones muchos más profundas que las rachas y los vaivenes de los resultados. De hecho, como se dijo, hace 20 días el tobogán era imparable. La confianza en un equipo pasa entonces, por las convicciones que este emite desde el terreno. Cuando eso sucede, los resultados parciales de un encuentro quedan al margen. Traduciendo: juega con la misma confianza (que no es lo mismo que de la misma forma), ganando perdiendo o empatando. Eso fue precisamente lo que hizo esta tarde contra el equipo bolivariano. Perdía 1 a 0 y en el último suspiro Jesús Martínez metió el enésimo centro para que Násser cabecee al gol. Perdía 2 a 1 y en 20 minutos desató un vendaval de goles entre Catriel y Diego Matías Jaime que aplastó cualquier duda.
A esa altura el Rojo ya tenía tres delanteros en cancha y seguía llegando con más desde atrás. Es cierto que cuando todavía estaban 3 a 2, Juan Ledo ignoró un penalazo grande como el estadio de Julio San Esteban. Y que Barracas, cuando el score estaba favorable desperdició algunas contras. Pero fueron lunares en un rendimiento que tuvo más alzas que bajas.
Desde un conjunto que ahora si se armó de atrás hacia delante. Desde un medio con equilibrio, y una delantera que ya no depende de si misma, sino que viene apuntalada por más hombres, Cambaceres parece ahora sí, haber encontrado la regularidad. No hablamos de éxitos, hablamos de imagen de equipo mucho más compacta y armónica.
La gente de Camba, que está inmunizada a las ilusiones infundadas, cantó por primera vez en mucho tiempo por la vuelta a la B Metropolitana. Por supuesto que las pasiones despiertan exageraciones, pero algo mostró este equipo para que el canto nazca visceral, como surgen espontáneamente las verdaderas creencias.
¡“Vamos a volver!”, arrancaron en la popu.¡“Vamos a volver!”, le siguieron en las plateas. Nunca antes se había escuchado eso en Ensenada desde aquel maldito descenso. Los hinchas, que no regalan elogios aventurados después de tantas promesas incumplidas, habían visto después de mucho tiempo un cuadro de Cambaceres protagonista, con hambre de gloria. No por nada habían pasado 8 años para que eso suceda. No por nada además, vinieron después de 3 caídas que a en otra época derrumbaban, y hoy retemplaron el ánimo.
"Encima viene El Porvenir, de lo peor en la categoría.", bajaba de la tribuna. Si, ya sé. Acá nunca se sabe. Pero explíquenselo a la gente, ahora que se reencontraron con Cambaceres,con su Cambaceres, en el fantástico mundo de las ilusiones.
Tags:

About author

Curabitur at est vel odio aliquam fermentum in vel tortor. Aliquam eget laoreet metus. Quisque auctor dolor fermentum nisi imperdiet vel placerat purus convallis.

0 comentarios

Leave a Reply