RECUPERÓ LA MEMORIA

Cuando el agua ya se había elevado demasiado y empezaba a tapar. Cuando la desconfianza empezaba a ganar demasiado terreno. Justo en ese momento, llegó la resurrección de San Carlos con un triunfo espectacular por el rival, la condición de visitante, y la rebeldía ante la adversidad. La Villa, volviendo a un esquema efectivo, le ganó 2 a 1 a Defensores de Belgrano en su estadio, con momentos de buen fútbol y mucho carácter para dar vuelta la historia. Los goles, que fueron uno mejor que el otro, fueron convertidos en el segundo tiempo por Madrid y Miranda.
“Este es el partido para ganar, tenemos que empezar a salir” La frase, de tan repetida por los hinchas y los protagonistas, fue perdiendo argumento y significado. Es que en este fútbol dramatizado, todos los partidos son claves, todos sirven para despegar, o para salir de una situación. De lo que no caben dudas, es que San Carlos vivía un momento especial, al que estaba desacostumbrado después de tantas mieles de campeonato, y también de un buen arranque en la B Metro.
El bajón abarcaba los últimos 4 partidos, no contabilizamos el de Sarmiento en Junín por la obvia razón de que aquel empate fue más que meritorio. Pero si abarcaba un pronunciado declive futbolístico, y en consecuencia de ánimo. Así, con esos problemas a cuestas cargó la mochila pesada y emprendió el viaje a Capital Federal, para jugar en la histórica cancha de Defensores de Belgrano, contra un rival acostumbrado a pelear arriba, y confiado en ganarle al novato equipo Berissense.
Como si la prueba de carácter no fuese suficiente, a los 10 minutos de comenzado el partido Leonardo Luppino, aquel jugador que supo debutar en la Primera de Boca Juniors, metió el primer gol del partido con todo lo que eso significa en la B Metro donde muy pocas veces se revierten los scores. La proyección era pésima, resultado adverso, antecedentes pobres, y escasez de goles. Por todo eso la reacción de La Villa tiene mucho más mérito. Claro que para eso ayudó mucho la conformación del equipo. Con Madrid por izquierda juntándose para “conversar” futbolísticamente con el pájaro Miranda y Emanuel Sarati. Como los socios en ofensiva se sumaron, las camisetas celestes se vieron agrupadas en ataque como hacía rato no se observaba.
Es verdad que Defensores de Belgrano tuvo a partir de la apertura del marcador y de la obligación de las líneas del equipo de Malli y Besada muchos espacios para contragolpear. En ese lapso lo tuvieron Ceratto y Molina en un par de ocasiones pero les faltó precisión para ampliar el marcador.
Alguien podrá decir que de embocar alguna de ellas, la historia hubiese sido distinta. Pero también frente a Almagro el local no aumentó la ventaja, y La Villa ni siquiera pudo acercarse a empatarlo. El mensaje es uno, más allá de las circunstancias a las que los protagonistas se han acostumbrado tanto a mencionar para explicar los partidos, la disposición táctica y los componentes que la integraron encontraron respuestas que en las últimas fechas no había.
Es por eso que ya antes de los dos goles, ell Cele también estuvo cerca de convertir. Se notó un cambió de actitud pero fundamentalmente tuvo que ver con la distribución táctica que mejoró el juego colectivo de la mitad hacia delante de manera muy evidente. Bien Sarati, aguantando, peligroso y triangulando con Miranda y Madrid por izquierda, y con Gonzalo Raverta por derecha.
Con las piezas ordenadas y cada cual atendiendo a su juego, el segundo tiempo comenzó a pedir del equipo de Berisso, con un golazo de Madrid entrando por el carril del diez, enganchando para adentro y clavando un derechazo en el ángulo del segundo palo de un sorprendido Sanzotti.Defe era todo deseperación. La gente empujaba y a la vez se impacientaba por no poder doblegar a un rival que poco a poco iba tomando confianza y esperaba la oportunidad de dar el toque final.
Si el gol de Madrid fue un golazo, el del Pájaro no tuvo nada que envidiarle. Luego de una gran jugada por derecha Sarati la toca en profundidad para el nueve villero, que ante la salida del uno se la pica con una gran categoría.Faltaban 30´ y ahí San Carlos demostró serenidad ante los embates desesperados del local por buscar la igualdad. Con el resultado por fin a favor, la defensa pudo dedicarse a hacer lo que más sabe, resguardarse escalonadamente sin tener que salir a buscar las patriadas heroicas de otras tardes adversas.
El resultado esta vez era inamovible y cuando llegó el final, el desborde por la alegría tuvo el sabor que solo brinda el alivio después de la angustia. Después de la derrota contra Los Andes expresamos nuestra preocupación no por el resultado ni la racha, sino por la pérdida de cierto contacto con las fuentes que habían sido los cimientos de la gloria reciente. Después de esta gran victoria, y lejos del exitismo más reduccionista y fácil, creemos que el alivio llegó más allá de la victoria, en las decisiones humildes y sinceras de los entrenadores. Y en las consecuentes respuestas de los jugadores que más sienten la camiseta. En buena hora. El pueblo villero lo celebra y lo agradece.
Agradecemos las fotos y la colaboración a Daniel Alvarez.
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