Desde los actuales jugadores, hasta los de otros tiempos, pasando por dirigentes, hinchas socios, allegados, familiares, y por supuesto, los héroes del ascenso. Una velada formidable, a la altura de lo que se festejó.
La oportunidad estaba dada. Se cumplía un año del logro más importante de la historia del club, y había que estar a la altura de lo conseguido, con los festejos y con el homenaje. Entonces, los integrantes de la Agrupación 18 de Mayo prepararon con mucho amor y esfuerzo una fiesta inolvidable, de esas que continuan uniendo a la familia de un club que no para de crecer. Antes, en la semana, había sido el turno de los hinchas que hicieron una caravana el mismo 18 de mayo por la Avenida Montevideo. Era el turno de la Agrupación, que quiso conmemorar a los jugadores y el cuerpo técnico campeones del 2009. Y compartirlo con los hinchas.
El salón de Bomberos de Berisso se vistió de celeste y blanco. Con banderas de la agrupación, y también de los hinchas más fanáticos. Más de 300 personas, entre protagonistas, hinchas y familiares. Y la presencia esperada del hijo orgullo de la casa; Rodrigo Salinas, que volvió a demostrar su amor por el Cele, volviendo a festejar a su hogar; Villa San Carlos.
Entregas de diplomas a los jugadores que lograron el ascenso, videos con las imágenes imborrables, testimonios, las voces de los protagonistas en el escenario, fueron el marco para una gran cena show matizada por el grupo "Los Totoras" y más música que se bailó toda la noche. Antes y durante dieron también su discurso el presidente Colombo, el intendente de Berisso Enrique Slezack, y símbolos del club como Leandro Martini y Carlos Gorostieta, entre otros.
La emoción de quienes armaron y pudieron cumplir con esta celebración era entendible. Los hermanos París, los Slezack, con Federico como caso especialísimo de jugador-organizador, Juan Pablo Rodriguez, Juan Manuel Córdoba, "el pelado", entre otros fueron los responsables de que se haga realidad este homenaje que más que un homenaje fue un franco acto de justicia. A todos ellos nuestras felicitaciones.
Una institución no se mide solo por sus obras, por sus logros ni por sus hinchas. Se mide también por el grado de memoria y gratitud que quienes la integran tengan para con su historia y los protagonistas que la compusieron.Eso es lo que hace a un club grande y fuerte. Lo que genera identidad, pertenecia familiar, sentimiento por los colores.
Alguna vez a este club un grupo de soñadores se les ocurrió darle vida. Alguna otra vez otros trabajadores amantes de los sueños contruyeron la sede, el estadio, los predios. Muchos de ellos fueron olvidados, desde el ostracismo que genera el egoísmo tan tentador. Después de tanto tiempo, llegó el momento en el que San Carlos está recuperando aquella locura linda de esos soñadores olvidados.
Porque para que las obras permanezcan y crezcan en el tiempo, alguien debía heredar el motor de la pasión. Muchos de esos idealistas ya no están entre nosotros, pero pueden ahora descansar tranquilos. Hay otro grupo de "locos" que decidieron hacerse cargo de su obra, y están escribiendo nuevas y gloriosas páginas. Como esta tan linda, de homenajear a quienes regaron de gloria al club.
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