CALDERÓN, EL MEMORIOSO

En un hombre de palabra. Eso es en lo que se ha convertido José Luis Calderón al volver al primer amor. Al club que, como él dice, le dio la posibilidad de ser alguien, cuando su destino estaba encaminado rumbo a la lucha anónima y a veces cruel de la vida cotidiana y común. El hombre, el hincha, el argentino, siempre quiere más. Por eso algún reproche para que se ponga la roja más que un ratito. Pero el fútbol y la vida están llenos de casos donde la memoria desaparece, y las primeras páginas de esas historias se borran por pereza, o conveniencia.

Hace 18, José Luis Calderón, se sacaba por última vez la camiseta de Cambaceres, para empezar a ponerse otras, más encumbradas, que desandaron un camino repleto de éxitos, vueltas olímpicas, dinero y fama. 18 años que alcanzaron para hacer de su nombre, un sinónimo de éxito y de gol en el fútbol. Pero que no alcanzaron para borrar de su memoria las primeras imágenes, esas llenas de barro, sangre de potrero y hambre. Las imágenes de la vieja camiseta de Cambaceres, compañera de las primeras emociones en las redes. Portadora de las primeras alegrías, aunque más no sea por el sadwich y la Coca.


Rara costumbre la nuestra, la de los argentinos digo, de renegar por lo que no tenemos en lugar de disfrutar lo que conseguimos. Calderón hizo lo que otros jugadores no hacen. Volver a sus raíces, aunque sea un partido. Disfrutelo amigo hincha de Camba, llenando la cancha, ovacionándolo, estando en boca de todos los medios. Despidiendo al máximo emblema que surgió de la historia del club. Será una fiesta, y no debe haber lugar para otra cosa que no sea la emoción.
Con este simple homenaje de terminar sus días como futbolista, Calderón cumple mucho más que una promesa. Cumple con recordarnos el valor de la palabra dada, en una sociedad desgastada en su escala de valores, donde justo eso, los valores, fueron reemplazados por un modismo de dudosa validez, los “códigos”. Cumple también con un ejercicio que alguna vez le pidió que hagan a sus propios hijos, el ejercicio de darse una vuelta por el pasado, para de donde venimos, para saber adonde vamos.

Los recuerdos, aquellos muchas veces despreciados porque “el show debe continuar y por aquello de que siempre hay que mirar para adelante”; son a veces buenos consejeros…No, Caldera?
“Tengo muchos recuerdos lindos. El primer partido con Riestra. Jugar al lado de chirola Arrambide, del flaco Aramboure, de Marcelo Sprigna, del topo Acevedo. Pasé por muchas cosas en Cambaceres que me enseñaron. Aquella maldita lesión en la rodilla que me marginó en mi mejor momento. El ascenso. O tener la mala fortuna de perder una liguilla contra Argentino de Rosario en la cancha de Estudiantes. Cambaceres me marcó muchísimas cosas. Mis primeros comienzos donde aprendía a jugar por el sanguche y la coca. Cosas que uno no se tiene que olvidar. Yo siempre digo que uno no se tiene que olvidar de sus raíces. Y cada tanto es bueno pegarse una vuelta por el pasado. Cada tanto es bueno mirar para atrás, para saber de donde viene uno, y no perder la humildad.

Es verdad, cada tanto es bueno, y nunca es tarde. Por más que hayan pasado 18 años,por más que el mundo haya cambiado. Para todos. Y para él. Que antes llegaba en bicicleta, y ahora vino en un auto importado. Con una historia fuerte en éxitos y en fama encima. Una historia que tuvo un inicio, y tendrá un final en el mismo lugar. Con la misma camiseta. La de Cambaceres, y la del orgullo por los orígenes…
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4 comentarios

  1. un verdadero ejemplo de buena persona.soy de vsc felicito a jose l calderon.

  2. como DEPORTISTA sos un ejemplo de dedicacion y trabajo constante, pero memorioso no si no te acordarias cuando te ponias la blanca y azul abajo de la de CAMBACERES.

  3. gracias caldera

  4. caldera la tenes adentro papachoo.igual que los de enseNADA..jaja si sos del rojo puto te queres matarr

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