SAN CARLOS NO ESCUCHÓ LA ADVERTENCIA DE TEMPERLEY

La caida frente a Temperley había no había sido el producto de una mala tarde. Había sido una adevertencia. Villa San Carlos no la escuchó y pagó caro los mismos errores defensivos ante un rival de mayor jerarquía, que a diferencia del gasolero, no le dió tiempo a nada, y lo liquidó en un tiempo. Los dirigido por Rubén Aguero pasan un muy mal momento defensivo y pagan con goles en el arco de Víctor Volpe. Esta vez fue 0-3 ante un inspiradísimo Defensores de Belgrano.
Los signos futbolísticos que dejó el partido ante Temperley habían sido inequívocos. Por ese camino defensivo Villa San Carlos iba rumbo a un pozo. Pero por los benditos códigos del fútbol, las señales no se escucharon y se repitieron los errores. Solo que esta vez hubo enfrente un rival de enorme jerarquía, como este Defensores de Belgrano, al que le alzanzó un tiempo de aplastante superioridad para ganarle con mucha facilidad a un Celeste plagado de errores y dudas.

El primer tiempo fue sencillamente demoledor. Futbolística y moralmente. Los del dragón salieron a la cancha decididos a llevarse por delante a los de Berisso, y se lo llevaron.
Por eso primer repasamos las virtudes del local. Una sincronización de toque y rotación en velocidad que fue demasiado para la lentitud de los defensores de La Villa; siempre en desventaja en los tiempos y el sentido de marcación. En ese periodo se lucieron sobre todo en el medio, Porcel y Sommariva y Martinelli (en un nivel extraordinario); coronados por un Gastón Casas que en todos los  goles que convirtió, estuvo donde tenía que estar.

¿Que opuso San Carlos como resistencia a tamaña superioridad? Defensivamente nada. Sin brújula y con la desconfianza demoliéndole los nervios, apenas lograba disponerse a correr detrás de la pelota y las jugadas que le dibujaba Defensores en su terreno. Los desaciertos de La Villa, a esa altura, fueron tantos como las virtudes de los de negro y rojo, que jugaban a otro ritmo, y a otra cosa.

Ofensivamente San Carlos gestó cierta oposición . Aunque siempre a expensas de las producciones y la creatividad de Emanuel Sarati, con algún acompañamiento de Agustín Domenez. No alcanzó, porque el además el resto estaban preocupados en parar a los volantes y delanteros de Defensores. Y porque la mente, estaba nublada en asimilar la inferioridad en el juego a la que estos jugadores no están acostumbrados.


Un gran tiro libre de Duarte que besó el palo. y un cabezazo de Sarati en el primer tiempo. Un centro que no alcanzó a conectar el mismo Duarte, otro que Gonzalo Raverta, exigido, tiró por arriba, y un tiro de media distancia de Sarati. Cinco ocasiones que pudieron ser el descuento, en un partido que por desarrollo no lo merecía. Pero que sin embargo le mostraron a Rubén Aguero que en la faz ofensiva el equipo no está mal.
Además, en el segundo tiempo, con el ingreso de Antonion Rojano, se ganó en volumen de ataque, y Avalo Piedrabuena corrigió con despliegue, la necesidad de que juegue en la extraña posición de volante central.

Las correcciones debieron buscarse en el medio; donde evidentemente "tito" Birge no estaba para jugar; y atrás, donde el bajón es colectivo e individual.
Si a esto le sumamos errores de concepto como el de Silvio Duarte tratando de ser conductor y dejando un vacío a sus espaldas; la ecuación da negativa. Como ya lo había dado en Berisso, aunque la debilidad de Temperley la había disimulado.

Rubén Aguero, fiel a sus convicciones, argumenta que no conviene hacer muchos cambios cuando la mano viene mal barajada para no calar en la desconfianza de los jugadores.Son ideas. De  una apuesta riesgosa. Porque  creemos que el fútbol es como la vida, y la confianza no se recupera de un día para otro, ni mágicamente.
Y menos cuando el ánimo está destempleado y no se le da descanso.  A veces es bueno retroceder un paso para tomar impulso. De lo contrario pasa lo que le pasó a San Carlos en estos últimos dos partidos, donde por no escuchar  las advertencias que vio ante Temperley, las padeció profundamente en la cancha de Defensores de Belgrano.