LAMADRID LO DEJÓ AL DESNUDO

Perdió ante un pobrísimo General Lamadrid jugando aun peor que su rival. Salvo en unos 20 minutos del primer tiempo, la Villa nunca tuvo otra ideas más que la de tirar la pelota hacía adelante para ver si quedaba algún rebote. San Carlos venía jugando mal, y sin embargo gozaba en la tabla de posiciones de un lugar de privilegio. Ahora, que está en la mitad de la tabla, las cosas parecen estar más acordes.

Pelota dominada por Fede Slezack, los del medio que corren hacia delante, los delanteros se recuestan sobre sus férreas marcas, no hay otro destino posible, pelotazo a dividir.
Pelota sucia y rápida por una de las bandas para Ezequiel Melillo, nadie en los alrededores que se muestre al claro para el pase, para la pared, para la descarga, la jugada que se ensucia cada vez más, hasta que llega el choque, el rebote o la caida.

Así, con esos dos ejemplos fortuitos,  podemos describir decenas de jugadas estériles, con las que San Carlos construyó su pobrísima imagen a lo largo de un impresentable partido de fútbol. Así es muy difícil que haya situaciones de gol, y mucho menos goles, más allá del que le anularon incorrectamente a Ezequiel Aguimcer, en lo que hubiera sido el empate.

Rubén Agüero recostó su análisis en el paupérrimo arbitraje de Ramiro López, acompañado fielmente en el desastre por sus jueces de línea. No le faltaban razones al entrenador para estar enojado. Ese gol de Aguimcer fue inexplicablemente anulado. En lo que si no podemos coincidir con el DT es en que se quede en eso. Los mismos jugadores reconocieron haber jugado muy mal. Y si el diagnóstico es erróneo, difícilmente llegue la cura…

Veinte minutos de juego aceptable, contra setenta de pelotazos y yerros, no es una buena ecuación. Menos para un equipo que tiene aspiraciones de pelear arriba, entre los primeros ocho puestos. En ese primer tiempo contabilizamos solo como situaciones de gol un gran desborde de Gonzalo Raverta que no llegó a conecta Domenez, y un excelente centro de Domenez que cabeceó estupendamente Duarte, y el arquero carcelero descolgó del ángulo.

En el segundo tiempo, después de arrancar dormido (otra vez como ante Suárez), y sufrir un gol de aprendiz, jamás construyó una jugada colectiva. Solo un par de remates de media distancia de Slezack, Melillo y Domenez, más el gol mal anulado a Aguimcer tras una pelota parada. Demasiado poco ante un rival que muy probablemente se vaya al descenso.

La pregunta es porque San Carlos juega tan mal. La respuesta puede estar dada en verdades tan básicas como este juego. Si Duarte es marcador central, o lateral por derecha y termina por izquierda. Si Gonzalo Raverta brillo de “ocho”, y termina de “cuatro”. Si Melillo explotó por izquierda e insisten en una cancha diminuta que se cierre con Avalo; y si Mariano Fernández sufre jugando a la izquierda, cuando jugó bien a la derecha. Bueno entonces será difícil que todo lo demás funcione.

Por más que entren Pasquale y Bolzán a cabecear cualquier cosa que le tiren. O que Rojano se mate corriendo para todos lados, o que Sarati reciba todas las culpas.

Así venía jugando San Carlos, aunque la tabla dijera lo contrario. Deberá primero a empezar a aceptarlo para intentar otra cosa. Que los demás jueguen mal no es excusa. Al menos válida para justificar que uno ya decidió jugar igual de mal que los demás. Porque en este plantel hay buenos jugadores, pero habrá que convencerlos de que pueden y deben jugar de otra manera. De lo contrario, derrotas como estas contra Lamadrid, por más que los árbitros dirijan bien,  se van a volver a dar.


Tags: ,

About author

Curabitur at est vel odio aliquam fermentum in vel tortor. Aliquam eget laoreet metus. Quisque auctor dolor fermentum nisi imperdiet vel placerat purus convallis.

0 comentarios

Leave a Reply