Y la cábala fue San Miguel nomás. Como la última vez. Hubo que esperar siete meses para estar enfrente de esa camiseta verde de Los Polvorines para que el Rojo saboree el incomparable honor de la victoria en casa. Con su gente, y con el desahogo aguantado durante tanto tiempo. Con un primer tiempo muy bueno, y un segundo más contenido, Defensores venció a San Miguel logrando además algo mucho más importante. Venció sus propios temores.
En algun momento se tenía que cortar la maldita racha.En algún momento se iría a desprender la insoportable cruz de no poder ganar en el 12 de Octubre. La carga ya era inaguantable y para sacársela de encima había que cambiar la fórmula. Basta de pudores y tensiones que habían llevado a tantas tardes frustradas. Había que salir convencido, de que el triunfo era una circunstancia. Pero de que para lograrlo había que jugar con la misma fuerza y seguridad que lo había hecho en algunas canchas ajenas. Sin testigos propios.
Y así se jugó el primer tiempo. Con mentalidad ganadora, y una presión en toda la cancha que no le dejó a San Miguel manejar la pelota. Que le cortó los circuitos de juego, para después si, dominar las acciones. En tan solo 6 minutos Sergio Valenti tuvo dos chances de gol. La primera un remate esquinado, que Gómez sacó al córner. La segunda un cabezazo de pique al suelo, que pasó besando el ángulo derecho. Valenti siguió torcido, pero era evidente que el equipo enderezaría el rumbo...
A los 13 minutos llegó la pelota parada. El rebote, las indecisiones de los defensores de verde, y Cardozo, como en la inolvidable noche de Caseros, que mandó al fondo de la red. La pelota, y la racha. Porque sería el principio de la tarde que le daría fin a la mufa. A la racha. A esa insoportable racha de la que todos hablaban.
Antes del gol hubo decisión para buscarlo. Y Luego confianza para sostenerlo. Sobre todo en dos jugadores que metieron y jugaron en partes iguales: Daniel Cardozo y Adrián Jones. Este último debió luchar con una decisión de Da Ponte discutible: la de jugar de volante derecho. Cuando "el negro" desobedeció esquemas tácticos y se liberó, para jugar y acoplarse a sus compañeros, surgió lo mejor del equipo. Entre lo que contabilizamos un gran pase de gol a Enzo Pelosi.
Algo habrá que repasar allí. Porque si este plantel tiene volantes por afuera como Ricky González y Casanova; no entendemos muy bien porque hay que impostar con Benavente y Jones, que son volantes centrales de pura cepa.
Más allá de esto, Cambaceres siempre fue más. A pesar de que este Enzo Pelosi dista mucho del gran delantero que supimos ver en las anteriores jornadas. Como si le faltara convicción, tuvo un par de ocasiones en las que no se animó a definir rápido, y él no suele tener esas dudas.
Tal vez en una buena tarde del goleador el Rojo lo definía antes. Porque tuvo momentos de buen fútbol como hacía tiempo no le veíamos en Ensenada. Con toques cortos, rotaciones y volumen de juego que hizo despertar los aplausos de la gente, ávida de elogios.
El segundo tiempo fue otra cosa. Entre el retraso de Camba y la visible impotencia de San Miguel, pese a los cambios ofensivos, transcurrió en la apatía hasta los ingresos de Casanova, Di Biassi, y Clementino González. Precisamente estos dos últimos le dieron en segundo gol (golazo), y la tranquilidad a los de Da Ponte. Gran maniobra individual de Elías Di Biassi por derecha, mejor centro y un cabezazo de manual del paraguayo. Con un salto imponente y un cruce de cabeza ejemplar.
El partido se había liquidado con una certeza. En este equipo "el lombriz" pide pista. Porque más allá de que Burgos hizo un correcto partido, es el jugador del plantel con más condiciones técnicas para tener lo que quiere da Ponte; conducción.
Por último, nobleza obliga. La defensa, tan criticada ante Jota Jota, esta vez estuvo sólida. Recuperando la concentración que había tenido en la mayoría de los partidos. Y también fue la base para que los volantes se sientan más confiados para jugar con soltura. Sobre todo en el primer tiempo, porque en la primera mitad del complemento, el equipo retrocedió demasiado.
Lo cierto es que entre análisis y goles, Cambaceres y Ensenada se reencontraron en un triunfo. Fue merecido porque en el partido hubo un equipo que cuando propuso pudo, y otro que nunca supo como. Fue justo, porque tuvo la contundencia puntual de los triunfos construidos con paciencia. Pero por sobre todas las cosas fue deseado y festejado. No esa para menos, este grito llevaba atragantado 7 interminable meses de espera.
LOS CHICOS YA PALPITAN EL CIERRE DE LA TEMPORADA
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Las categorías infantiles de Defensores de Cambaceres disputaron hoy
contra Beto Avalos como visitante por la penúltima fecha del torneo
Clausura de LI...
Hace 5 horas
4/11/11, 13:10
rojo puto te vas a la DDDDDDDDD