EVITAR EL "VERANITO"

Cambaceres sumó su segunda derrota consecutiva en el campeonato y, a tres fechas de la licencia de fin de año, deberá ajustar la ficha futbolística y la del compromiso porque este equipo ya no tiene más tiempo para permitirse seguir navegando en la mediocridad de no tener del todo claro a qué jugar y que los resultados negativos empiecen a acumularse. La llegada del "Ruso" Da Ponte le dio la inyección anímica que todo conjunto vive en un cambio de mando, pero Cambaceres necesita algo más que un "veranito" y está claro que éste es el momento para que no vuelva a suceder. El Rojo no tiene tiempo para permitírselo.

La derrota con Central Córdoba por 3 a 1 quedará marcada por un flojo primer tiempo donde el "Charrúa" fue lo efectivo suficiente para aprovechar los errores defensivos de Camba y sacar una diferencia irremontable. Primero ante una fatalidad de Juan Cruz Calabrese, uno de esos errores que regalan un gol pero, pese a ser totalmente involuntarios, hacen al ánimo de un equipo en el transcurso de un partido. Después, una pasividad notable para evitar que llegue un segundo gol del rival que evite, como en los últimos partidos, ponerse la historia muy cuesta arriba. Algo que no necesita este equipo al que le cuesta ganar y mucho más revertir situaciones.

En el segundo tiempo se vio lo más noble y válido para Cambaceres. Salir a enfrentar la adversidad aún estando con un panorama muy contrario. Así se vieron los mejores minutos del Rojo que le sirvieron para descontar, nada menos, que de la mano (o cabeza) de Sergio Valenti. Claramente el "Pichichi" no se merecía cortar su racha adversa en una situación tan negativa, pero obviamente es muy festejable que todo el esfuerzo y trabajo del delantero se haya trasladado a la red de una vez por todas. Imposible no ver como algo positivo que se le haya abierto el arco a un delantero que ya venía haciendo bien las cosas, aún sin marcar.

Esos buenos minutos, con descuento y todo, igualmente no evitaron que Camba deje de dar ventajas defensivas y, cuanto estaba más para el empate que para el 1-3, llegó otro error y la diferencia final para Central Córdoba, que aprovechó espacios para liquidarlo con una dupla delantera (Lescano y Salinas) matadora y aceitada.

No fue suficiente la "vergüenza" deportiva mostrada en el segundo tiempo para levantar la complicada historia a la que se enfrentaba. Se tuvo que ir con otra derrota que provocó reuniones en Ensenada en busca del volantazo final que enderece, de una vez por todas, el camino que transita el Rojo. Y que evite que ese invicto de cinco partidos con la llegada de Da Ponte no haya sido un mero "veranito".

Desde lo técnico vale seguir creyendo que el plantel tiene con qué. Desde lo anímico será trabajo del cuerpo técnico revertirlo. El mismo equipo de trabajo que, al llegar, tuvo la sana apuesta de ir por un esquema más ofensivo y con mayor peso en la tenencia de la pelota que en este partido, vaya a saber por qué, archivó para volver a un 4-4-2 con pocas variantes. Las cuales pueden salir con la chance de titularidad para un Elías Di Biasi que viene pidiendo pista, o con la recuperación total de un Enzo Pelosi ausente en los últimos partidos y que se hizo sentir.

Lo que está claro es que Cambaceres se merece mucho más de lo que está viviendo en los últimos años. Por lo que alientan sin hacer suspender la cancha. Por los que laburan desde la dirigencia sacándole tiempo a su familia y poniendo en riesgo su salud. Y también por su historia. Hoy la escriben los que están, y eso no va a cambiar. El cambio lo tienen que hacer ellos, y deberán demostrar si realmente están dispuestos a hacerlo.
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