SAN CARLOS FUE MENOS, FUERA DE BERISSO SIEMPRE ES MENOS

Villa San Carlos volvió a vivir una mala tarde fuera de Berisso. La de Ingeniero Maschwitz es la cuarta derrota consecutiva en condición de visitante para el equipo que dirige Rubén Agüero y, más allá de la paridad general del encuentro, el triunfo quedó en manos del que más lo fue a buscar cuando la tarde presentaba un marco de paridad.


Dentro del contexto del análisis del partido hay que ubicar como determinante el inicio sorpresivo que tenía preparado el encuentro en el "República de Armenia". A los pocos segundos del pitazo inicial, falló por primera vez la defensa Celeste, donde vivió una tarde para borrar rápidamente Federico Slezack, para que Jonatan Bauman defina mano a mano frente a Víctor Volpe y complique bien de movida las aspiraciones de San Carlos.


La Villa devolvió rápido el golpe con una entrada de Gonzalo Raverta que, debajo del arco, no pudo acompañar la pelota a la red y desperdició una chance clarísima. Esa acción nació desde el arma más peligrosa del Cele en éste partido, la pelota detenida.


Empatados en oportunidades, pero con el Deportivo Armenio arriba en el marcador, el resto de la primera etapa tuvo un marco de paridad donde San Carlos tuvo más la pelota, aunque las mejores situaciones dentro del área pertenecieron al local.


En el segundo tiempo la Villa aprovechó esa buena utilización de la pelota parada (las que van derecho al área) y llegó al empate con un balón perdido que encontró a un Emanuel Sarati atento para definir y festejar.

1 a 1. Partido nuevo. ¿Tenía con qué ganarlo San Carlos? Nunca nos enteramos. El empate hizo sacar los mejor de sí al Deportivo Armenio que fue con todo a tratar de ganarlo. Tuvo ingresos claves en Cristian Quiñónez y el berissense Víctor Gómez, más los buenos rendimientos de Bauman y Mauro Frattini, todos empujaron hacia el arco de Volpe que salvó varias, zafó en otras y no pudo en la triple oportunidad donde Adrián Galeano puso el 2 a 1 final.


Ya cuando Armenio jugaba con uno más por la expulsión de Ezequiel Aguimcer, cuando lo único que le quedaba al Celeste era un "Ave María" hacia el solitario Sarati, el gol local llegó y por el global del encuentro, y sobre todo por las situaciones, no le quedó tan mal al partido.


Lo que le hubiese quedado mejor a éste partido, a cualquier otro y la fútbol mismo son menos árbitros como José Carreras. El mal humor del banco Villero tal vez fue un poco exagerado porque no hubo tendencia sino horrores de los habituales en Carreras. Enorme penal no sancionado sobre Maximiliano Gay para Armenio en el primer tiempo, y dos en la misma jugada contra Sarati y Pasquale en el segundo. Además, y allí debe radicar la molestia de Rubén Agüero y compañía, condicionó demasiado a una defensa frágil del Celeste con las apresuradas amarillas a los dos centrales.

Igualmente está claro, Carreras pasó y pasará como uno más de la pobrísima camada de árbitros que está sufriendo el ascenso. No debe ocupar ni un segundo en la concentración de un San Carlos que sigue viéndose en la tabla en zona de reducido y que debe prepararse para volver a meter miedo en el Genacio Salice, donde hace rato no pierde, y donde volverá de visita Barracas Central luego del bochornoso episodio de la temporada pasada. Si quedó alguna bronca, que sea cobrada donde más duele: En el resultado.
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