Otra vez la derrota en casa. Otra vez la imagen vacilante que desata desconfianza y ata al hincha a esta realidad de equipo ineficaz y vulnerable. En esta ocasión le tocó aprovecharse a la UAI Urquiza
Las crónicas dicen que cambió el técnico pero por ahora no los resultados. Entonces, y más allá de las conclusiones apresuradas, habrá que ver si lo que había que cambiar era al técnico, o lo que el nuevo técnico deberá cambiar es a las piezas del equipo. En el fútbol, como en cualquier otro ámbito, cuando una fórmula no funciona, se intenta con otra. Tal vez Martín Zuccarelli no podía hacerlo del todo por el entendible compromiso moral con aquellos que lo mancaron. Alejo Santa María no los tiene, y además es un hombre de decisiones fuertes, y de pulsos firmes. Las primeras conclusiones de un partido en el que Camba volvió a jugar mal, seguramente lo tendrán ocupado en eso.
Decimos que jugó mal porque no cabe otra conclusión de un equipo que como local, solo pudo dominar 15 minutos a un rival prolijo pero lento y permeable en defensa. Fueron los 15 minutos que promediaron el segundo tiempo donde otra vez Maxi Benítez, Násser y Casanova erraron goles accesibles. Después, volvió la imagen pronunciada de una defensa que ante la lentitud del rival se mostró firme; pero que cuando el partido cobró vida desde la agitación y el aceleramiento, marcó fallas temerarias.
Ya antes del gol de Romero, Diego Rodríguez había errado un cálculo para que Leonardo Céliz estrelle el primer tiro en el poste. Después vino el otro tiro en el palo del “killy” González, una salvada fabulosa de Arias Navarro; y al final si, la falla garrafal. Diego Rodríguez que hizo lo que a viva voz les pide a sus compañeros que no hagan. Retuvo la pelota a la salida del área, un Romero que se la cedió al otro, y el recién ingresado, cansado de que todos perdonen, sentenció el gol y una nueva derrota para el Rojo.
Era el réquiem de una película repetida 9 veces. Una nueva caída que empezó a trabajar en la cabeza de los hinchas de la peor manera: desde la resignación de saber que esto ya lo vivieron, y que tal vez, lo vuelvan a vivir. Cambaceres había apostado a un cambio de esquema más rígido, con la espera destrás de la línea de la pelota cuando el rival la poseía. Pero el resultado fue el mismo. Con un agravante; esta vez ni siquiera quedó el consuelo de haber ido a buscar el partido como de local habitualmente lo hacía. Los cambios fueron también un símbolo de eso.
¿Hay atenuantes? Siempre los hay. Más allá de que a la gente no le interesen, o que los tengan cansados. Las ausencias de Adrián Jones por lesión, y Nahuel Benavente por suspensión, obligaron a la impostación de Carreño y el chico Piro Piñero de doble cinco. Y ambos hicieron lo que pudieron. Por otro lado el bajo nivel de algunas individualidades requería de parte de Santa María una primera comprobación empírica propia. Ahora vendrán las decisiones.
Porque ya lo dijimos, cuando una fórmula no funciona parece inadecuado insistir con la misma. Y creemos que eso es lo que va a hacer el nuevo entrenador; cambiar algunos jugadores que por insistencia de errores, es necesario cambiar.
Lo otro, lo de apostar a esperar un poco más, y actuar en la retaguardia de lo que hagan los rivales, es un cambio estratégico que el tiempo dirá si es correcto o no. Frente a la UIA Urquiza
(foto: Gabriel de Charras www.revistatribunaroja.blogspot.com)
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15/11/10, 14:32
SI LOCO CON ESE EQUIPO NO LE GANAMOS A NADIE.....NO JEGAN A NADA
15/11/10, 14:32
POR Q DA PONTE NO¿¿¿??????
18/11/10, 15:53
DAPONTE TENIA COMO 12 MIL RAZONES X LAS CUALES NO ARREGLO CON EL ROJO QUE SE PODIA ESPERAR DE UN MERCENARIO COMO EL