CUANDO DEBÍA GANARLO, ELIGIÓ RELAJARSE

Otro duro traspié de La Villa. Ricardo Rezza sigue sin encontrarle la vuelta al conjunto celeste, metió cinco variantes con respecto al equipo que arrancó el partido ante el Torito, pero volvió a dejar en claro que no sabe cerrar el partido y sobre el final cayó derrotado por 3-1 en un choque que parecía encaminarse a una igualdad.

La confirmación de que el reducto del barrio Agronomía resulta por demás complicado, a los 50 segundos Mariano Fernández bajó a un rival dentro del área y el árbitro José Carreras no dudó en sancionar el penal que Lucas Banegas transformó rápidamente en gol para cambiarle de lleno los planes a Ricardo Rezza.

Asimilado el duro golpe de estar abajo del marcador prácticamente desde el mismo vestuario, la Villa comenzó a manejar el balón, aunque no mostró ideas para entrarle a una defensa local que se mostraba firme y muy concentrada.

El Cartero increíblemente le regaló el balón a la Villa y se concentró en tratar de lastimarlo de contragolpe. Y a decir verdad, poco fue lo que produjo el local en este sentido, puesto que soltó muy poco a los laterales y se manejó siempre con el pelotazo frontal que fue bien resulto por la defensa celeste.

San Carlos manejaba la pelota, manejaba los tiempos, pero salvo por un remate de Sarati que contuvo sin problemas el arquero, poco inquietó al local.

Pero cuando este se animó y soltó Civit en una contra profunda, la Villa salió jugando rápido de contra, y en tres toques llegó al gol. Lima recibió rápido en el mediocampo y metió un perfecto cambio de frente para el ingreso franco por el andarivel izquierdo de Leandro Madrid, que tras dominar el balón observó al arquero y donde vio que el arquero le dejó el hueco, sacó un remate cruzado que se le coló junto al palo para marcar la justa igualdad.

En el complemento la Villa volvió a marcar claras diferencias en el juego, y Satati estrelló un remate en el travesaño para avisar que el triunfo es lo que buscaba el celeste.

Pero desde los 35 minutos en adelante la Villa se quedó sin convicción para buscar los tres puntos. Se conformó con la unidad obtenida y se relajó. Le regaló el balón y el terreno al Cartero, quien agrandado, terminó recogiendo lo que La Villa le otorgó. Por intermedio de Diego Churrín, de cabeza, y a la salidad de un córner (ya lo habían salvado de milagro entre Volpe y el travesaño), metió el segundo que fue el "acabose" Porque el tercero, de Leandro Staino, fue el golpe de un nock out que ya estaba decretado. 

La Villa volvió a perder, cuando tuvo chances de ganarlo. La lección dice que los empates que sirven son los que en lugar de buscarlo, se encuentran. Y que un equipo que hace tantos cambios de un partido a otro, generalmente, no queda bien parado. Ya le había pasado ante Chicago, y le volvió a suceder en Agronomía.