CAMBACERES APRENDIÓ A GANAR

Ganó el partido en el que más olbligado estaba. Por las debilidades del rival y para recuperarse de la bronca del empate final ante Jota Jota. Tiene más valor porque no siempre los equipos suelen ganar los partidos en los que son favoritos. Más allá de que no jugó bien, Cambaceres se quedó con  3 puntos que no se podían escapar. Y aprendió rápido la lección. Esa que dice que también se puede ganar, sin defenderse después de ponerse en ventaja.


El recuerdo del empate de Jota Jota en el último minuto todavía estaba fresco. Sobre todo porque había sido en ese mismo escenario, hacía demasiado poco. Por eso esta vez el desafío era doble. Conseguir la ventaja lo más rápido posible, y defenderse del empate buscando el segundo, o por lo menos teniendo la pelota lejos de Arias Navarro.

Lo primero no sucedió, porque el gol de Valenti llegó en el segundo tiempo, después de una primera etapa mal jugada y mucho más pareja de lo imaginada. Lo segundo si. Porque esta vez Camba sostuvo el triunfo sin recular, y eso tiene mérito doble. El de equipo que se siente fuerte, y no necesita agrandar rivales.

En realidad el partido fue parejo en el desarrollo. Por más que siempre daba la sensación de que si el Rojo aceleraba se metía con pelota y todo en el arco de Sacachispas. Porque la defensa del lila tenía dificultades enormes para hacer pie que desnudan el porque está tan el fondo de todo. Pero no fue una buena tarde de varios nombres del Rojo, como por ejemplo Adrián Jones, extrañamente errático, o el mismo Valenti, que hasta el gol estaba peleado con la pelota.

Solo el despliegue de Eloy Colombano, esta vez sin tanta continuidad, y de Ricky González, notablemente mejorado en su versión fútbolística en los últimos partidos. Bastante de Daniel Cardozo (en el primer tiempo metió dos pases como lanzador de gran factura), y poco de Enzo Pelosi, que pareció extrañar el hecho de ingresar con el partido ya armado.  Con esa estructura de ataque falible, Camba apenas pudo generar peligro en el primer tiempo. Al punto tal de que los de Soldati estuvieron más cerca del gol.

La historia venía parecida en el complemento hasta que Valenti, harto de las indecisíones de los defensores lilas, pescó una pelota en el área y la clavó contra un palo. Era la apertura anhelada y con ella el famoso examen de saber que hacer con la ventaja. Los cambios de Aldirico lo dijeron todo. A la cancha delanteros como Kissner y Clementino González, o el mismo cachete Casanova para  la contra. Nada de irse para atrás. Todo para buscar el segundo. La lección había sido aprendida.

Y se armó un partido nuevo. Con Arias Navarro con mucho trabajo pero también con Camba al borde del segundo. Es cierto que ninguna fórmula garantiza resultados. Pero también que no renunciar a la búsqueda de más goles mantiene latente la chance de liquidar los partidos. Y la otra fórmula no contiene esa chance.

Después las matemáticas. Ocho partidos sin perder. Con 18 puntos sobre los últimos 24 en juego. Inédito para Defensores en los últimos tiempos. Para disfrutarlo a pleno, y para ilusionarse. Para que la palabra promedio quede cada vez más pequeña el espejo retovisor de un viaje que tiene de destino de llegada el famoso reducido. Ahora que sabe que puede y que tiene con qué. Ahora que es el tiempo de recobrar la vigencia de un Cambaceres nuevamente entre los grandes.
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1 comentarios

  1. siempre criticas con mala leche contra cambaceres, eso son, mala lecheee!!!

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